LA CALLEJA
La calleja está dormida
como siempre al mismo son.
Ya está en su sueño sumida
susurrando una canción.
El suelo está acharolado
los gatos maúllan arriba;
Mi figura hecha en el suelo
juguetona me acompaña,
siempre me pasa y se atrasa,
como reloj que no marcha.
Los ruidos quedan ocultos
y, sólo mis pies taconean
acompañando en la noche
al silencio y las farolas.
Y la calle está en sombras…
Pero yo llevo mi luz,
mis canciones y mi ritmo;
Mis pensamientos que vagan;
Sufrimientos que me roban
lo más bello de este mundo;
Y mi amor, allí a lo lejos, Señor.
Todo lo veo azul…
aunque la calle esté en sombras.
Las casas cierran sus ojos,
Se apoyan en sus vecinas…
Y poco a poco el silencio
dul-ce-mente las domina.
La brisa silba una nana;
Las arrulla y acaricia…
Y cuando suenan las doce,
la calleja está dormida.
Los felinos se han callado;
las casas ya no murmuran;
las farolas palidecen;
las parejas se despiden;
los motores ensordecen;
las casas ya nada dicen;
y ni las hojas se mueven.
Ya está dormido el ambiente.
¡Callad, pues! No habléis muy fuerte.
Susurrad canciones bellas;
Silbad sones amorosos
que mi calle no despierten.
Porque…
es
soñando, en la vida,
cuando se palpa la risa,
el amor, las cosas bellas.
Y, si despierta, verá:
Sus fachadas mal cuidadas,
sus tejados incompletos,
sus mil cosas mal arregladas...
(sus gentes de mala vida).
Por estas cosas: ¡callad!
Que la calle está dormida
Sólo la dulce mañana
puede despertar su encanto.
Abrir sus tristes ventanas
que les hagan mirar temprano
que el Sol sigue blanco y puro;
Y en sus bocas que bostezan,
se prodigan los adioses.
A su voz sigue el jolgorio
que todo vive su vida;
y comienza el alboroto
que está despuntando el día.
Y algún pintor desgarbado
decidirá ver la calle,
con su vida y con su sueño,
en
un cuadro iluminado;
todo ya, en sus muros reflejado.
Más ahora, por favor, hablad quedo,...
dejad tranquila…
Esta calleja dormida.
© José María, yo no era todavía © GatoFénix
Es la primera vez que lo publico.
Mi Primer poema. Lo escribí en mayo de 1968 tenía 16 años
Recibí mi primer premio de poesía: Una rosa, me dieron.
Hoy pasé por la calle y la fotografié.
He visto que se llama Calle Real, no lo sabía.
Es cierto que era el medio día, y el Sol, ha dejado ver las diferencias.
Donde eran tapias de blanco (enjalbegadas), hoy se ve el ladrillo en las fachadas.
El suelo era empedrado y ahora de asfalto con las heridas de la conducción de alcantarillado.
También hay un coche aparcado. Y en ese tiempo del poema,
nadie que viviera esa calle poseía un coche.
Ciertamente ni yo mismo la reconocía después de tanto tiempo.
Ha sido una experiencia interesante.
Era como si me asomara a un espejo
y viera otra persona en el azogue
siendo yo mismo.
El "Todo cambia" de Heráclito, me vino otra vez a la memoria.
Y sin embargo yo me sentía en esencia igual que entonces...
me siento con el alma enjalbegada, como entonces.
Y me vi caminando aquella noche
volviendo a casa, tarde y todo oscuro, cansado y sereno
justo para poder escribir lo que escribí en mi cuaderno;
y en un tiempo, tan diferente, que no se parecía en nada,
a éste.
© GatoFénix