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05 febrero 2022

117 - Un cuento más "de colmenas". Los zánganos de la colmena.



Mi vecino JL tenía unas colmenas.
Le dije - ¿Qué tal tus abejas?
- Mal, JM, se están yendo.
- ¿Cómo? - le digo sorprendido.
- Sí, Jose...Se van volando todas
y dejan la colmena vacía.
No sé qué pasa, aun teniendo comida,
se van - y me mira fijamente a los ojos.
- Y ¿A dónde? - trato de bromear - ¿A Alemania?
Hace una mueca queriendo sonreir y no puede.
- No sé. A morir, supongo. A dónde van a ir sin comida.
... ... ... ...
Cada colmena es un reino,
como de Taifas.
Un reina,
miles de obreras y
algunos zánganos,
los zánganos de la colmena.

Se me ocurre fabulando
que algún día pasó por allí
un fulano con cayado y zurrón manchego,
lleno de literatura y dejó caer,
cándidamente, claro, un tocho pequeño
de pasquines y alfiches.
"Menuda miel da la monarquía"
"*Libeltad. *Iguardad. *Fatelrnidad"
"Cada abeja un voto"
"Zánganos en pie de guerra"
"Asamblea, mañana, al sol"
Todo en lenguaje apícola
mostrando giros y vuelos
de fácil comprensión.

Parece que dicen en los mentideros
de las dos o tres colmenas que quedan habitadas,
que los zánganos ganaron la partida,
dejando, en torno a las colmenas, una alfombra de muerte,
miseria y más que miedo, terror.
"Las reinas primero", siguiendo su doctrina.
Luego, partieron sin rumbo conocido
y no han vuelto a saber de ellas.
Una victoria pírrica nos parece.
... ... ... ...
Hace unos días, diz que vieron al gañán
tan satisfecho, hablando con soltura del progreso.
De su florida prosa escucharon ...algo de...
"las abejas y los *abejos.
Que, qué *fachatez llamarles zánganos a los compañeros..."
y cosas así - A lo que asentían orondos.
Iba flanqueado por dos compañeros
y cabe sí un "basset hound" ya viejo,
luego, tras ellos...
varios perros, algunos,
rottweiler.

© GatoFénix 
(Cuando las abejas se van, los humanos tenemos los días contados)

116 - Pasamos el viento en un ¿Qué hacer...?



El viento siberiano que nos aqueja
estos días,
han puesto, sobre el respetable,
la cometa del invierno soberano.

Este frío nos contrae
y nos deja los sentimientos,
lívidos.
Esta enorme falta de calor
hace castañetear los dientes
y aletear la boca del estómago,
sin control.

Sobra el aire y falta la respiración.
Entreabrimos la boca porque
las fosas nasales se cierran en banda
impidiendo la respiración normal
nos encogemos de hombros
y a duras penas nos alimentamos
con una leve respiración clavicular de jadeo.
 Viene el recuerdo de aquel invierno
en Zafrilla, Cuenca.

Vuelve otra vez a abrirse,
con enorme estruendo, 
partiendo la noche de mi infancia en dos,
...aquel ventanuco de madera gruesa y maciza
y rudos goznes, que me sobresaltó al abrirse
aquel invierno con 3 años,
y por lo que supe, tempranamente,
del pavor que le daba mi padre, el viento.
(Quedaba pensando ¿qué terror lo habría marcado?
Nunca lo supe)
...Quedaron algunos copos de nieve
sobre la última manta de mi cama.
Desde la trinchera del colchón de lana,
hundido y embozado, recibí aquella ventisca
que llegó hasta la mitad de la estancia.
Mi cama parecía un Belén,
y en el abismo de mi izquierda,
sobresalía de la negrura de la noche,
un puñado de nieve sembrada a voleo,
como un cañonazo blanco de fogueo
de una andanada;
y al lado, bajo la cama de mis padres,
brillando la panza del orinal con el asa,
como a menos diez,…sobre él, cayendo
los flecos de la colcha como "bolillos"
o como las pequeñas pesas 
de un reloj de cuco.

Aquel miedo en estado puro,
vuelve de vez en cuando...
recordándome la impotencia del hombre
ante las inclemencias de, un tiempo atmosférico,
sin poder dominarlo nadie.

Pasamos el viento en un "¿Qué hacer?"

Las hojas caídas, el pasado otoño,
revolotean o se esconden por los rincones, 
o a las entradas de las casas,
algunos instantes…
Vuelan en círculos, revolotean
como mariposas de obleas tostadas…
o caen;
Tropiezan con las cosas
o las rodean;
Son trozos del pergaminos viejos
fuera de sitio.

Caer al suelo es
un ejercicio de humildad, o 
la humillación de la derrota.
Andar arrastrándose como por un rastrojo:
una locura sin control.

Es difícil vivir el tiempo del viento.
Parece que, sin respeto alguno,
nos cala el cerebro y nos alisa
las circunvoluciones del córtex.
Como si lo dejara plano y...
aterrizáramos luego, refugiándonos,
en esa nuez del fondo que nos queda, 
de reptil;…y ya con eso,
no somos nada; 
somos:
"lo que queda de nosotros",
que decía mi padre, de sí mismo, 
en su vejez.

Hojas arrastrándose volantonas y frágiles
esperando el aguacero definitivo
que nos macere;
nos enfangue y nos pudra
para ayudar, con esa cosa viscosa:
légamo,  para el crecimiento de nuestros hijos;
nuevas plantas: los nuevos vástagos,
en una nueva, permanente
y hermosa primavera;
alegre, amorosa,
verde y rosa...
que pronto llega.

© GatoFénix (“Por S. Blas la cigüeña verás”)

 


115 - el perro y el delfín.

 


 Reflexión.

Me enganchó esta historia.

El perro y el delfín.
Unas escenas entrañables
llenas de valor, valores, humor,
inteligencia, ingenuidad y perplejidad.
Tal que así nos dejan algunos aconteceres
de esta vida.
A veces perro; otras, delfín.
Y más veces, salvado que salvador.
Tiburones SA no descansan.
Pululan en derredor y si caes...

estas perdido a menos que
seas salvado por algún delfín anónimo:
samaritano de la vida.

Algunas de esas otras veces,
en las que parezco delfín salvador,
mayormente lo soy sólo de nombre.
Ya sabe, por ser el del-fin.
Exacto.
Por ser, el último en enterarse.
Tanto, que estoy seguro que,
en este momento,
no sé "de la misa la media".
Como el perro de este "flim" del "tube" (Youtube)

© GatoFénix

Parece que interesa.

355 - El que tenga ojos para ver... "Auroras Boreales Realmente".

  S. Mateo 13:9-16 RVR1960 El que tiene oídos para oír, oiga. Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas ...