El eco de su dolor resuena en mí y termina en este blog...
cayendo al suelo virtual de este espacio,
como una hoja más de este otoño 2023.
Me cuenta Ramzi,...siempre me cuenta lo que siente;
cada noticia que le llega de su pueblo Kurdo,
en una sempiterna guerra del centenario mal,
que nos aqueja a todos, y a ellos especialmente.
No quiero entrar en religiones porque no me gusta;
es un despiste más. Todas las controlan.
No quiero que se me agríe la sangre
y no sacar nada en la Luz; sólo se deriva en:
impotencia, enfermedad, sorpresa y disgusto...
ante el Mal, con mayúscula, en estado puro.
Escuchar de su boca su historia, la de su familia...
la de todas las familias te encoge el cuerpo una talla.
Gentes inteligentes, muy inteligentes;
alegres, hombres habilidosos, trabajadores
y mujeres con ese encanto femenino, que,
perdónenme, escasea.
Igual preparan una exquisita comida como toman un fusil
para defender a sus hijos, sus casas; hombro con hombro
unos con otros desde tiempo inmemorial.
Mujeres como la copa de un pino.
Tu pena es mi pena,
esta tarde de otoño sofocante, irregular,
lleno de sorpresas para los dormidos: porque no saben,
porque no ven, sino por los ojos de otros y no piensan,
sino lo que les dicen que piensen, en esta obra de orfebrería
en lo que se está convirtiendo la política donde se haya,
supuestamente elegidos,
lo peor de lo peor del género humano en curso y
en cada parte del Planeta.
Cuando no hay más Dios que el dinero (Baal),
ni más ley que la del placer (Ishtar)
ni más límites que los hábilmente impuestos
por el Mal (Molok) y pasa, lo que está pasando.
No es un otoño más;
ni un otoño menos en la vida.
Pudiera ser el último otoño de esta Tierra,
tal como la conocemos.
No cabe más dolor, injusticia, mofa, escarnio,
violencia, robo, degradación y miseria.
Es lo que han hecho desde milenios los mismos.
Ahora la sofisticada tecnología:
informática, psicológica, social y económica...
Han dejado sin palabras, incluso a parte de los que en su día
fueron colaboradores entusiastas de la mano del
"mayodelsesentayocho"
Nada será igual después, pero no sabemos:
..."ni el día ni la hora"
Y hemos de estar preparados como las vírgenes del Evangelio
con la lámpara encendida prestas para atender la llamada...
"cuando llegue el Esposo".
Tiempos "interesantes que diría yo" inspirado por la
Cultura milenaria China.
Hay que llegar al vacío
de ahí surgirán todas las cosas.
El otoño nos enseña plásticamente la belleza de los ciclos.
La belleza oculta pero que sale a la luz
en el oro viejo, en el cobre y bronce
de las hojas de los árboles.
El otoño es un tiempo de trabajo interno, secreto;
de una muerte aparente que nos rodea
y nos recluía, en una media luna de hermanos
frente a una chimenea con una cepa ardiendo
y en una sartén de hierro con patas un montón
de castañas asándose...y quemándonos los dedos
al pelarlas y reírnos de tonterías
que nos hacían tan felices
que no caíamos en el tiempo que pasaba..
y nadie tenía un móvil que interrumpiera ese tiempo,
que ahora muy pocos creerán que existió,
ni pueden imaginar porque tristemente
andan des-almados y mucho me temo,
que han conseguido, los de siempre
(El trío de los paréntesis):
que tengan el encefalograma: plano.
Mucha soledad, Ramzi, es lo que toca.
Un abrazo para ti y para mi amado pueblo Kurdo.
Aunque no seamos totalmente conscientes:
Todo es "PARABIEN"
Dios nos ama infinitamente, sólo se encuentra,
a una oración de nosotros:
"Pedid y se os dará"
© GatoFénix
Cuenca desde el Puente de San Antón. Foto mia.
