Estoy tan liado en mis quehaceres que casi no tengo tiempo
de escribir parte de lo que deambula por mi cabeza en mi vivir
y plasmarlo en este "rincón del alma
donde tengo la pena que me dejó tu amor..." (que yo cantaba a veces)
Y mientras, después de descansar un poco,
me asomo a la terraza y me sorprendo del silencio.
Esta tarde llovía ( tal como escribí una vez...)
"como si fuera un llanto".
Hasta los pájaros guardaban silencio:
Un silencio atronador sobrevino recordándolos.
Hasta una paloma, estuvo posada a unos metros de mi ventana,
pavoneándose,
unas horas antes.
Ahora
con este suave llanto de la madre Tierra,
ha dejado las baldosas del Paseo como un espejo
en el que podemos reflejar nuestro yo de hoy.
Nuestro yo de siempre, ahora desconocido aunque limpio
por las lágrimas del cielo en esta tarde.
Ese que no es otro sino nosotros mismos;
que ahora estamos "en el piso";
Rodando por los suelos en pequeños vuelos:
nuestros pasos.
En el piso, boca arriba, mirando al cielo llenos de esperanza,
aunque, embebidos de tristezas.
El aire tan lleno de agua...
me envolvía, y me envolvía y volvía a envolverme...
como si sintiera el último sudario que me acompañó
en la despedida anterior.
No sé por qué vine.
"La curiosidad mató al gato" se dice.
Es un tiempo lleno de pequeñas muertes cotidianas;
muertes eventuales,
muertes inesperadas como la de esta noche,
como todas las noches...hasta dejar esta envoltura
plena de limitaciones que, nos retan en cada momento
a olvidar nuestros despojos,
cada vez más vacíos y más solos...
para abrazarnos a una locura llena de "sentido común":
La locura del amor sin ser amado.
Sin ser humano que nos ame.
Porque, en el silencio de esta tarde,
ni siquiera yo me amaba;
ni a mi imagen que andaba por los suelos caminando,
haciendo, que me sintiera sobre una peana
de mármol de Carrara y mármol Portugués.
Hoy es una página embebida por el llanto...
por el llanto de esta tarde... de paz tan inquietante;
que me hizo "entrar en oración" como Sancho,
escuchando las sabias palabras
de la hermana del grupo de oración, Rosa García,
de Argentina...ella...
Radiante e Iluminada.
© GatoFénix
Ha pasado un año de este escrito y las cosas externas
han dado un vuelco.
Las cosas internas puede que sean otras salidas del milagro
pero queda en mi recuerdo este día para saber
que no hace falta olvidar estas escenas
porque han estado ahí por algo...
Que comprender es algo así como amar
y que amar es perdonar cada cosa
cada acto cada persona.
Y todo, comenzando por nosotros,
que verdaderamente somos decididamente:
Hijos de un milagro prodigioso que apenas entendemos
a medias, porque el Amor de Dios
es inabarcable para nosotros, a menos que sintamos
que somos una chispita de Él
y así participamos de toda su grandeza y nos alegramos
con un especial gozo indescriptible
y que si se describiera...
sería humanamente incomprensible.
Así somos de maravillosos
Tenemos el encanto de nuestra fragilidad aparente
experimentando todo como eternos niños
aprendiendo a balbucear y a intercambiar abrazados...
un sincero: "Te quiero"... que nos ruboriza
y nos conmueve el ser completo.
Y luego inspiramos suavemente
con los ojos cerrados....
Abrazando un amor distante y a la vez:
ahí mismo.
GatoFénix
(Un año después)