Busca en este blog

25 marzo 2022

191 - Vencidos los Idus de marzo (2012)


Mimbreras


 
Rebaño de ovejas al fondo

Vencidos los Idus de marzo...

Publicado el 19-03-2012 19:17

Una vez vencidos los idus de marzo,
aparece en ruta,
dirección a Poyatos, un espacio nuevo,
en el tiempo de siempre renovado.
Los almendros en flor son los nudillos
que llaman a la puerta de la primavera.
O tal vez la propia mano, de ella,
que se nos tiende fragante
para salir del pasmo.
Una antesala seca y ventosa
nos zarandea como nunca,
como si nos reprendieran en nuestra infancia,
eso, sin haber hecho nada.
El vaivén, al lado del río Guadiela,
nos acompasa en el vals que nos acompaña,
levemente subiendo, surfeando
aquí, allí, aquí allí...
entre la admiración y el sobrecogimiento.

Atravesamos algunos agujeros en la roca,
horadados por el hombre, toscamente.
Los pinos tiene el verde nuevo
que no arranca a oler aún.
Y entre el agua transparente, en escalones,
viniendo de bajada, a nuestra derecha;
las rapaces que sobrevuelan o algunos cuervos,
pinceladas de tinta china en el azul celeste;
las piedras calizas del gris musgoso
al blanco y ferroso claro,
nos empasta un paisaje verde joven primavera,
como si transitáramos sobre un pestiño
cubierto de miel de romero
en una tosca fuente de barro.
Todavía queda azúcar glasé en el asfalto
junto a las lindes de la calzada
y mucha gravilla suelta como garbanzos duros
que se notan en la rueda trasera y nos advierten
sobre la precaución recomendada
por el sentido común.
Con tranquilidad, el pulso lento,
los ojos abiertos, flexible y suelto
como aconseja el caminar de un gato
sobre el caballete escarchado de un tejado.

Queda Poyatos a la derecha y enfilamos,
por carretera más elevada
mirando desde la terraza
camino a Beteta para repostar.
- No hay de 98: ¿Le pongo de 95?
Son lentejas - pienso.
Veremos cómo reacciona al cambio.
Reposto. Inicio la marcha
y tras muchas idas y venidas allí en lo alto,
atino a salir de aquella maraña
cuidando que los casi trescientos kilos
de mi montura no me den un disgusto
en estas calles pinas y mal peraltadas.
Algo tiene esta plaza, que es la segunda vez que noto
como si me pinchara. Lo noto en los hombros. Cierto.
Ya abocado al campo
es como un balcón que invita a salir volando.
Literalmente sientes lo que sentirá un guacharillo
en su primer vuelo.
Allí todo abajo, una alfombra de estopa
y cáñamo para sobrevolarlo.
También un poco miedo al fondo.
Salir de este entorno último, reconforta.
Volver a encauzar el camino a la querencia,
nos reconcilia a los dos.
La máquina y yo volvemos a ser uno
y el campo vuelve a ser abierto y sobrio
que sólo se permite de vez en cuando
algún almendro en flor,
ya viejo,
y algunos hermosos olivos.
Empiezo a ver horizonte en el entorno
y el paisaje esculpido por los años
se cambia de vestido,
como ahora está haciendo irreverente,
para abrir nueva temporada.
A veces, pasados los idus de marzo,
el tiempo parece que sonríe.
Y yo también.

© GatoFénix (En mi onomástica)

(Añorando mi montura para recorrer el mundo a su grupa)





Parece que interesa.

355 - El que tenga ojos para ver... "Auroras Boreales Realmente".

  S. Mateo 13:9-16 RVR1960 El que tiene oídos para oír, oiga. Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas ...