Todos los días, no sólo en este, quiero decir:
Que agradezco, desde mi hominidad masculina,
el estar en este plano para decir:
Gracias a la madre que me parió.
(Porque es de bien nacidos, ser agradecidos)
La vida no es un regalo cualquiera; es, el mejor regalo.
Un regalo lleno de sorpresas;
Sorpresas que entre ellas, se lleva la palma,
la de poder encontrar, conocer,
Interactuar con otros seres, en particular con las mujeres.
Desde que tienes uso de razón van llenándote de:
Experiencias,
pensamientos,
músicas,
vibraciones complementarias,
sensaciones inimaginables,
conversaciones,
palabras,
significados nuevos de las cosas,
sueños que dan miel o fuerza,
Rosas, con sus correspondientes espinas,
aromas impensables,
silencios como gasas de azahar,
confusiones,
mohines,
ademanes,
manos que danzan,
vaivenes,
tropiezos,
y enseñanzas…
propias de la esencia misma del ser.
Han sido mis maestras en la vida.
Ella me dio la oportunidad única de entrar en esta Tierra
para experimentar con un cuerpo humano del que no tenemos
manual de instrucciones.
La segunda palabra es: Sorpresa.
Ir de la mano, al lado de ellas es ir de sorpresa en sorpresa.
De hecho, no dejan de sorprenderme.
Me sigo sorprendiendo.
Es como si viviera, una y otra vez,
Como la vez primera.
El hombre ya está bien hecho, aunque hace agua por muchas partes,
Pero la mujer es de un diseño perfecto.
Igual hay gente que desiste de seguir leyendo.
Lo entiendo pero insisto, desde que era niño comprendí
Que en “creación de la mujer”, Dios echó el resto.
Botticelli luego en el nacimiento de Venus
Hizo un amago, dentro de la geometría sagrada que lo envuelve,
Y nos acerca a ese divino momento de nacimiento/creación.
Pero claro, Nuestro Padre Madre Dios
la Materia Prima que usa es Su Propia Esencia,
y eso es Algo Sublime,
porque sólo crea con Amor.
© GatoFénix