Este noviembre, es el espejo de pasados noviembres.
Un espejo, que no refleja las cosas;
Es, un espejo especial, que,
lo que devuelve, son fragmentos de películas ...
Secuencias, fotogramas sueltos...
trozos de bandas sonoras y cosas indefinibles,
como la niñez de tus hijos, que no se puede describir.
Recuerdas las músicas de un piano en la buhardilla;
horas de trabajo en casa...
y de ausencia de la atención a lo importante...
"Por atender lo urgente...
Que luego,
viste que no era tan urgente; ni sirvió
para nada.
Hubiéramos debido prever los venideros noviembres,
pero en esa burbuja "cuadrada" en la que nos movemos
y que se llama devenir de la vida,
o trabajo para ganar dinero...etc.
Y en eso nos obnubilamos con la rutina hipnótica
impuesta por los de toda la vida "los de siempre".
Así:
"Desde que el mundo es mundo".
Y de esa manera, como hormiguitas hacendosas,
dócilmente... perdemos la vida de lo amoroso,
lo gratificante...el corazón: lo importante...
por lo racional y una vida ilógica:
material esclavizante y atontados,
en la rueda de Hámster:
Infinita metáfora...de la mátrix.
Luego...
pasan veinte años, como si fueran dos días;
Y en ese suspiro despiertas, solo.
Frente a una pantalla escribiendo...
con una montonera de cosas en la cabeza hecha corazón,
que se mueven como el humo del incienso.
Parpadean todas esas ahora irrealidades
como la llama de una vela...
Y entre la luz titilante o el aroma violeta,
Sólo te sale una palabra: perdón.
Perdón a uno mismo.
Perdón a esas personas que amabas infinito
y no atendiste pensando, equivocadamente,
que no llegaría hoy,
que el cabo de la vela blanca no se acabaría
y no verías ese hilo gris subiendo
en la penumbra que queda...tal como cuento.
Sabes que era noviembre por los níscalos y las castañas.
Porque aquella tarde-noche casi nos perdemos
y no atinábamos a salir de ese aprendiz de de pinar,
cerca de Puebla de Valles en Guadalajara.
Donde perdimos la referencia del norte,
y estuvimos perdidos.
Ya sin la poca luz del sol, tapado por las nubes de la tarde
y experimentamos el miedo de no poder salir de allí.
Recuerdo la humedad, el olor a lluvia reciente...
mi pesadumbre por ignorante irresponsable.
Me faltó llorar...Y ahora,
...todo es ausencia.
Doce de noviembre de 2023.
Es seguro que todo debería ser así,
que no lo discuto, ni lo dudo, a estas alturas de la vida...
Pero sigo sin explicarme mi supina ignorancia.
Ya no digo, por eso, que no lo volvería a hacer, seguro;
Porque , a parte de ser inútil, es, que sé,
que habré ejercido de inútil, en muchas ocasiones,
y...sólo ahora,
soy consciente, que andamos
la mayor parte del tiempo:
enajenados.
Como si no tuviéramos alma.
Y lo importante fuera un tropel de cosas vanas
que devoran nuestro tiempo
y nos debilitan en ese momento
y en cada momento que lo recordemos.
Perdón.
© GatoFénix
