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07 mayo 2022

217 - El poder de la impotencia. Como una bolita.








 Llega un día en que somos conscientes.
Así. Conscientes, no conscientes de algo, no:
Conscientes.
Es un día amargo, amargo donde los haya.
Conscientes de que ya no está nuestra madre para,
sin decir nada, acunarnos y conjurar el olvido
y hacer, que la pena nos cubra como un paño suave
que nos aleja del tiempo y de los dolores del alma.

Todo esto lo alcanzamos cuando Dios quiere,
que no es fijo para nada,
un "cuando Dios quiere" y que nosotros aceptamos.

Llegamos a la soledad sin cuidados paliativos.

Una soledad que nos hace tan libres como frágiles,
ya podemos morir en cualquier momento.
Lloramos pero esas lágrimas 
ya no las extiende nuestra madre con las yemas de los dedos
 o con el dorso de la mano.
No hay palabras dichas oralmente pero
sí se pueden escribir.
Esa es la ventaja de no articular palabra 
porque no se puede.
Esas palabras llegan a las falanges de los dedos 
directas del alma
(que como muchos saben ya ha muerto, o la han matado)
El alma "inexistente" según ellos, 
ha sido sustituida por un apaño de nervios y neuronas
entretejidas en una maraña ordenada en nuestro cerebro.
El Mal, este Mal, si lo percibís,
 os hará sentiros impotentes.
No tengáis miedo. Va a daros igual.
No gastéis ni un segundo de vuestra vida en reflexionar
(Quiero decir en intentar comprender racionalmente).
Podéis actuar desde el corazón directamente.
Os llamaran de todo, hasta puede que loco.
En este estado, las palabras no tienen mucho sentido: 
sois conscientes.

Es muy costoso este lugar ¿o es un estado?...
y no es algo permanente.
Es, como el río Guadiana: misterioso.
Aparece y desaparece,
pero la primera vez que lo hayáis vivido... 
no podréis olvidarlo.

Jamás se olvida esa amargura seguida de una paz 
que nos anticipa la muerte.
Luego,
se sobrevive hasta que dejas de pisar el suelo y
te desprendes de todo.
Para volver "Al Todo".
Aunque no es tan rápido, 
lleva sus tiempos, pero...
algunas veces, de lo que más quieres y no puedes desprenderte,
eres excluido y eso, tristemente, ayuda a llegar
a la desnudez de la consciencia.
Ya no estará tu madre mirando al fondo de ti y te hará un mohín
que te haga perder la conciencia por un instante 
y te haga que llegues
a un lugar distinto, dentro del mismo tiempo.
Una estancia que sólo sé ubicar, escuchando el latido
de su corazón y
el calor tibio de su pecho:
la atemporal cuna de su regazo;
como la semiesfera de una medusa marina/Mariana
sin ningún veneno: confortable mesénquima del amor.
todo Amor;
como el mar.
Como "Amar" mamando
el tibio néctar de la Vida
que Dios nos regala y nos nutre a cada instante...
suavemente como camina la Luna
en el cielo de este mayo en cuarto creciente.


© GatoFénix

Parece que interesa.

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