Luna y ola: a veces
Cuando
una mujer
es Luna y ola,
la cosa tiene "su aquel".
Cuando los pies descalzos
se asoman al abismo de lo inmenso,
te pierdes detrás de tus ojos en el horizonte
y entonces llega una ola,
y te toca.
En ese instante, quedas convertido
en península de carne de gallina.
Sólo queda el istmo que te une al continente.
Siempre, en cada frontera,
hay otro mundo
que empieza... con un monte.
Quedamos en suspenso.
Venimos al momento.
La espuma de la ola
ya se ha ido.
Cuando,
además de ola,
es luna, la mujer,
entonces...vamos a ver,
la cosa tiene "su aquel".
Sentirás tanto las Lunas llenas
como las Lunas vacías:
llenas de presencia,
pero sin luz porque
es como Luna nueva.
El antes y el después…
el ciclo recrea,...
las caras de la Luna es.
Y nueva Luna llena..
El faro de la noche,
...a veces.
Cuando quiere.
Qué cara tiene
a veces.
A veces, qué cara está
su cara…y
Qué cara se vende
a veces.
Apenas una rendija,
a veces.
…Y
qué cara nos deja
cuando se nos va de una.
Que negra, Señor, la noche, se nos hace...
la ausencia de la luna,
a veces.
Por eso "tiene su aquel".
La mujer que a la vez es,
la ola y la luna.
(Como hombre, no digo que lo entienda)
Estoy, y a veces, soy
(por un instante)
una piel con carne de gallina.
Un hombre de los que andan en los cuentos,
sin apenas neuronas,
dicen.
Pues qué te digo;
absorto, contemplando tu vientre
y las fragantes olas de la Luna de tu ombligo..
© GatoFénix