Soneto al áureo instante.
El reloj de arena que
mide el tiempo
no es tal que dure y sea permanente.
Es agua en sincronía con la mente
y que un instante dura si no hay viento.
Parecen dos embudos frente a frente
que buscan mano a mano el equilibrio,
milagro transparente como un lirio
la proporción de oro en sí latente.
Dura un eterno instante este delirio,
un niño arrodillado y un barreño
con agua transformada en un colirio
que conforma un párpado sin sueño
creciendo suavemente en equilibrio
e hipnotizado queda en este empeño.
También está sin respirar temiendo
quedar sin el reloj que mida el tiempo.
© GatoFénix