Y con esta piedra se edificará lo que está llegando
Llegando, no como una invasión, desde fuera,
sino como una ocupación de territorios cedidos...
apartandonos en nuestro interior del cualquier lugar,
no sólo el preferente, que ese nunca lo tuvimos,
sino el que nos fueron relegado las circunstancias
"los circunstancios" (que no es un invento: es un bautizo)
que son quienes nos vacía de nosotros y nos llenan de vacío
porque estos individuos son como una pella
de variadas formas y materias...
amalgamados por el vacío y el mal en estado puro.
Es tan pegajoso que se adhiere como los recuerdos,
resistentes al olvido,
a la tristeza inherente al vacío y al desamor.
Un lugar en el que somos "puestos" como un huevo
por nuestra mismísima madre.
clonando su triste historia, dentro de la tristeza exterior,
como si fuera una muñeca rota y vacía
dentro de otra muñeca rota y vacía,
sobre "un aparador" lleno de historia, historias y cuentos...
unidos como la trenza lustrosa y sana de mi madre, con la que
se arreglaba, transformado en moño tras la cabeza.
No hay imágenes físicas de eso
pero las guardé en mi, porque luego desapareció...
y nunca más hubo.
Eran los circunstancios los que crean el discurso
sobre lo que debe ser relatado como verdad.
entre ellos hay personas humanas, creencias,
iconos, doctrinas con intención de llegar a creencias,
y así, llenar los huecos de silencio del pensamiento puro,
que es "todo energía poderosa de creación" y dominar
el devenir de los hechos a su antojo...usurpando
por engaño y sumisión obligada, nuestro libre albedrío.
La infancia es una fábrica, personal e intransferible,
donde nos preparamos para el futuro;
Esa cosa que no es nada porque está sin crear,
y que nos fastidia el presente.
Que también está interferido por el pasado:
los ancestros, familiares ausentes o fallecidos,
que una y otra vez, a través de tu madre,
también de tu padre, y a veces, personas del entorno,
cada una con la misma situación nuestra (su historia)...
viendo palpablemente, a veces, que ni eran ellos
sino, que eran lo que quedó de haber padecido
la carcoma de los otros.
Esos seres, de varios planos, que nos debilitan
para sustentarse en la ilusión de una vida,
fuera de lugar, por engaño o decisión..
que puede llevar un tiempo sin tiempo,
al servicio de las sombras,
culpando a Dios por ese infierno.
Esto parece que es la vida de una persona, pero
si te das cuenta, es la vida de una familia;
la vida de una ciudad;
la vida de una nación;
y hasta la vida de la humanidad completa.
Una matrix ausente de Amor y de Luz verdadera...
porque no conviene.
Todo se ha logrado llenando los silencios
con la basura del plasma y su la maldad;
la violencia, el sexo, la perversidad, las doctrinas...
con la confusión y el Caos.
Caos que crea ansiedad, sufrimiento, tristeza,...
y un terrible alejamiento de los otros y de Dios
que somos todos uno, con Él.
Cristo y otros (no tantos) antes y
algunos seguidores fieles después
Murieron por dar testimonio de vida
Y otros, vivieron ninguneados,
en el ostracismo, sometidos...
llenos de silencios.
Silencios que configuran una cueva luminosa
llena de cristales de cuarzo transparente
y la refulgencia y chispitas de luz
de todos los colores del Arcoíris:
Rubí, jaspe, berilo;
ópalo, ámbar, cornalina;
citrino amarillo, topacio, rutilo;
esmeralda, zafiro, turmalina;
Cianita, aguamarina, jadeita;
amatista, fluorita, jade;
Amolita, crisocola, topacio místico.
La venida de Cristo no en naves...
en nuestros corazones...
Y nos llenaremos de Amor y veremos
que todo ha sido "Parabién":
Un regalo.
© GatoFénix
