Publicado el 20-03-2020 18:02
Feliz con Kika, a mi lado, tomando el Sol en el patio,
que gracias a Dios tenemos en casa, porque
estamos encerrados por orden y por fuerza mayor.
Han pasado todos los años del mundo,
desde mi primer año
hasta el día presente.
Kika está, ahí, en este momento.
Toma los rayos de Sol a mi lado.
No sabe de preocupaciones.
No sabe qué pasará mañana
y ni puedo saber si le importa.
Lo nuestro, lo de ser humano, es un devenir de recuerdos
desde los primeros días de nuestra existencia terrenal.
Se solapan en este momento, como un holograma,
la imagen de mi madre, que me tiene en brazos,
la figura de mi padre con un periódico y su sempiterno cigarrillo.
Tantos años... para no cambiar sustancialmente las cosas.
Era el final de mi primer verano, creo.
Mis padres ya "Volvieron a Casa" hace años y yo
pues ando como puedo desde que dejó mi mamá,
que fue muy muy pronto.
También sostuve la prensa y un jodido cigarro muchos años,
demasiados años, para ver, que ahora mi hija
ha cambiado la prensa por el móvil o la pantalla de cualquier artilugio
y lo del cigarro sigue igual, Gracias a Dios que David mi hijo dejó de fumar,
Porque es como algo que se lleva mucho,
tanto,
que en estos tiempos de encierro, uno puede salir a comprar tabaco
y fumar sin barbijo,
y sin embargo, han dado orden de cerrar tiendas de productos naturales,
(que me lo acaban de decir los de Ecotienda)
y, sin embargo el tabaco está disponible.
Es el cinismo de la postverdad , y el: "hasta donde se puede llegar"..
Hay veces que tenemos que remitirnos a:
"Por sus obras los conoceréis"...
Pero olvidamos estas cosas
porque no provienen
de las "fuentes que mandan".
Tiempo en que, nos recuerda a 1984 George Orwell;
o, https://es.wikipedia.org/wiki/Fahrenheit_451
Soy de una generación, que no se podrá repetir.
(Tampoco ninguna otra, eso es cierto)
Nacido en tiempos de hambre por una guerra
que todavía andan "blanqueando y confundiendo"
para cambiar hechos y "crear un cuento".
Pero cuando pasas la infancia en la pobreza;
Vives en un pueblo apartado en la que como ahora,
la gente se retrata por su conducta:
Unos, solidarios y generosos;
y otros, carroñeros,
prepotentes (carentes de educación o buenas maneras).
Sembrando miedo y discordia; (como la arena)
difamaciones o ruindades, entre el vecindario.
Siempre lo terrible de que:
"El que se mueve no sale en la "foto".
Tiempos de una justicia, como siempre, en manos
de gentes de todo tipo, que supieron "nadar y guardar la ropa".
Una constante de cómo los perversos, son incombustibles
y llega uno a pensar que la función que tienen
es una misión espiritual para que, si aprendemos la lección"
no tengamos que volver a esto que
siempre llamó mi madre con estas palabras:
"Josemari, la Tierra es un valle de lágrimas".
y yo, muy testarudo llevándole la contraria,
a pesar que en sus tristísimos ojos,
había más verdad todavía que en sus palabras.
Unas palabras llenas de amargura
sólo empañada por una fé inquebrantable en:
Jesús de Nazaret y en la Virgen de la Luz y
en la Iglesia Católica Apostólica Romana
y, "Jesuita", añadía yo, y comenzábamos a discutir encarecidamente.
"Tengo que decirte, madre" que pensé un tiempo después,
llevabas toda la razón.
Sinceramente: TODA.
Me ha llevado casi medio siglo comprobar esto.
Y luego en un pis-pás, me entero que eso son "programaciones limitantes"
Y yo sólo sé, que fuiste engañada y yo también, mamá.
Bien que lo siento, porque descubrir que el ser humano tiene el Mal,
tan dentro y tan a las claras y que la Mentira sea la norma,
entiéndeme que descorazona.
Sin embargo,
tiempo después, y poco a poco,
empiezas perdonando a tu madre,
luego le agradeces la vida y sus cuidados,
y al final la amas...y entonces,
"comienzas a quererte"
y así sales
de una cadena de reencarnaciones en ese dichoso "Valle"
que es la vida.
Cierto que el Mal existe.
Lo ves desde pronto.
El Mal
Que es una palabra terrible,
sí, porque terminas viviendo
rodeado de seres que, como no tienen corazón,
el hueco lo han rellenado de: Ego, Soberbia, Vanidad.
Y otros lugares, de silicona o afeites.
Y todo se contagia.
Cambiar la ética por la estética
ya esta descrito desde El Libro del Buen Amor.
No cambian las cosas;
ni siquiera nosotros...
apenas cerramos los ojos llega el día de San José
de cualquier año de nuestra vida.
Y te viene el olor a bollos recién traídos del horno
para mojar en chocolate caliente...
y los nervios y la alegría, sin sentido, de un niño;
y un entorno familiar que es como nuestro entorno
cálido, apoyando las manos en la mesa y encogiendo los hombros,
para mirar en silencio todo aquel espectáculo jocoso e inusual.
Aquello no se puede olvidar y aparece o se eclipsa
por tiempos, llegando a dudar si fue algo cierto
en algún momento.
Hoy más que nunca tengo esas dudas.
Han logrado, personas incalificables, borrar
lo que conforma nuestra identidad humana.
De esta manera, sentado en el patio,
tomando el sol y junto a Kika, en total sintonía
con el vacío y la soledad y al lado justo
de una planta de Melisa, que mitiga el estrés.
Es tiempo de otras verdades.
Tan vez las que hubo siempre y no nos dimos cuenta,
porque se va aprendiendo poco a poco a ver lo que es
y no lo que creemos ver.
En tiempos en los que no se puede hablar,
porque se ha destrozado la comunicación.
Nada hay que decir.
Todo puede ser distorsionado oficialmente,
con toda la Ley de su parte, porque así,
las mentiras, dominan el espacio y el tiempo.
Pensar por uno mismo ha sido decretado como peligroso.
Sin embargo es muy cómodo, fácil y gratificante
asumir los argumentarios oficiales.
Así, nos halagan, y nos evitan un trabajo personal de elaboración de ideas...
y luego el riesgo de no saber si seremos aceptados o descalificados,
por los que oficialmente se han erigido en amos.
No puedo menos que volver a recordar el día del Santo de mi padre
y todo el mundo que ello traía,
porque de eso, hoy, ya no queda nada de nada.
Pero me gustaría abrazar a mi padre en su onomástica
© GatoFénix
Marzo de 2020 y hoy mismo en 2022