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28 enero 2022

108 - Los dias que pasan en tu ausencia

 



Los días que pasan en tu ausencia...son
las olas que lamen la playa
borrando los escritos.

Todo parece inmutable:
eterno, grabado en oro viejo...
hasta que sube la marea.
Luego fue un inequívoco espejismo;
Quizás: un algo
que muere o se desvanece
al compás que marcan las olas:
"el lento vals del olvido".

En la vida, todo es parecido.
El agua es un espejo que nos vuelve
la imagen verdadera de las cosas.
Somos algo,
mientras no suba la marea.
¿No?
Luego...
Quizás...
Nada.
O... no:
quien sabe los destinos.

A veces dura más el hormigueo
que produce la arena en el dedo,
que el mensaje escrito.
Otras veces, el recuerdo y los sentimientos
superan a la mar y a sus olas de abanico y faralaes
y aparecen
con solo acercar la yema del índice...
a los labios.

© GatoFénix

107 - Al borde de la sima


En ocasiones sientes que estuviste
al borde de la sima.

Ahí no se ve nada claro.

No se ve nada,
pero más allá...
un poco solos eso sí,

barruntas que tiene que haber algo.
Un algo que no ven los ojos,
un algo, como cuando bajas los párpados y,
antes del sueño,
viajas hacia unos colores brillantes,
refulgentes pero fríos.
Un viaje que "no necesita alforjas"
como se dice vulgarmente,
pero que es cierto, oye;
y toda la liviandad del ser
viaja y viaja.
A veces, suda la frente y todo
tratando de llegar antes
pero el aire no te roza ni te detiene
y luego ves gente,
amigos y familiares
o gentes desconocidas.
Hay por allí algunos animales,
pocos,
y algunas construcciones
que no sabría describir.

Puede que esté muy lejos
o al lado, pero vuelves
en un abrir los ojos

© GatoFénix




106 - Año viejo año nuevo Chino.

 - Año viejo /Año Nuevo

 


Publicado el 06-01-2011 18:28



El Wu wei

Contaros las cosas que cuento,
a veces, me parte en los versos,
como cuando los dedos de los niños
labran la arena,
y entre los surcos caigo.
Caigo esparcido
lanzado a voleo,
como las semillas
(¿sueños?)
semillas que son palabras;
imágenes de las cosas
que a veces son besos,
a veces son llantos,
y, a veces, susurros
de imperios antiguos, dormidos,
que se siembran con letras
tiradas a voleo,
como todas las vidas.
Vigas ellas, de una casa sin techo,
la casa del Padre,
que forman un pentagrama
donde se posan...
o pasan entre ellas, volando...
rozando...
los alientos vocales,
esencia del alma intangible
de la palabra
(¿melodía?)
de mis versos que te cuento
cuando el año viejo
sale y entorna la puerta
dejándola entreabierta,
para que la luz y la vida
se renueven eternamente
y nos sobrepasen
sin que podamos comprenderlo
nunca y por siempre.
El Wu wei del Tao.
(Creo yo)

© GatoFénix





105 -Los paragüas rotos ...y nos darán cobijo




¡Paragüeeeroooo, lañaooor! 
(voceaban por la calle hace tiempo)
Esos paraguas negros y rotos
caídos en el suelo son
los murciélagos muertos
en los días de agua y viento
tras batalla desigual; son
vestigios de la Armada Invencible:
toda una paradoja.
Ángeles caídos por la soberbia.
Daños colaterales, en esta lucha,
permanente,
contra los elementos...
que es la vida.
¡Ah!
porque menudos elementos nos aquejan.
Casi siempre "los otros",
a veces nuestra incomprensible forma
de ser;
nuestra alienación.
Podrían ser ,

estos murciélagos capotados,
una metáfora de nosotros y de nuestra
incomprensible mortalidad.
Bien podríamos encontrarnos
reflejados por ellos y su suerte,
como una premonición.

© GatoFénix

 

  "Y nos darán cobijo" 

 

Gracias,  amigo Sap, porque
nos darán cobijo a todos,
en algún momento, estos paraguas tristes.
Nos darán cobijo.
No sabemos cuándo, pero
en algún momento,
nos sobrevivirán.
Ellos caen tristes y desangelados,
nosotros nacemos desconcertados,
supongo,
de nuestras cenizas.

https://www.flickr.com/groups/sad_umbrellas/

Estas costillas desvencijadas
de un diáfano tórax, han de contener
más de un sueño "ikariano" sin expresar,
eso se nota.
Se nota... en sus cuadernas varadas.
Es el caso,
que los desaires
invierten el sentido de las cosas:
las subvierten.
Nos tronzan y nos astillan:
Primero somos casa,
luego cáliz o corola
(sin manos para bajar nuestra falda)
esa toma de aire del suburbano, cosa tan baja,
juega con nosotros a su antojo
y devenimos en aquello.
Todo igual pero sin orden,
y sobre todo, sin pneuma.
Una apariencia exenta de alma,
aunque no necesariamente muerta,
a veces, por cosa tan simple
como una mirada no devuelta
cuando ha nacido un fuego y no hay comburente.
Otra vez el aire.

---

© GatoFénix

104 - Vuelta en moto en 2011

 




Vuelta en moto - 2011
Salir envuelto en la mañana
a lomos de un sueño plateado,
rumoroso o rugiente, pero siempre suave:
Es mi segundo regalo.
Voy en el presente,
asombrado, sin sombra;
El cielo está lleno de rebaños de ovejas
en hileras diagonales paralelas;
ovillos de lana de nieve a la izquierda;
olor de escarcha a la derecha;
escarcha brillante,
luciendo arco iris en cada descuido.

Un patito, un lago y dos soldaditos de plomo.

El cielo sale por donde puede
y se muestra como una cúpula
cubierta por un fresco pompeyano.
Hoy toca vuelta: Blanco y azul celeste.

Un garabato, un giro y dos palotes.

En la cabeza, un cuento y
un manojo de preocupaciones
se van cayendo de la moto
según avanzo en el revoltijo de las sensaciones.

Un ganso impresentable se se está yendo,
una hucha vacía y dos fusiles con bayoneta, deja.

Hay poco trafico esta mañana,
algunos vuelven de los curros y el confeti.
Quizás no sepan que es un hermoso día,
nuevo y deslumbrante, y se han creído,
que todo sigue igual que anoche.

Mamá pata, un ovillo de lana
y dos agujas de hacer punto.

Llegando a Sacedón daré la vuelta - pienso -
y en pasando la presa quedará el reverso;
un abismo a la izquierda, y a la derecha
una ladera cubierta de pinos piñoneros.

Un palomo cojo, un huevo y dos antenas.

El viaje; en un suspiro, delicioso;
el Sol asoma recién afeitado
apartando la espuma de su cara
de un manotazo y me calienta un trocito de cara,
el resto del cuerpo se siente tranquilo, encapsulado.

Un pato , una naranja y dos palillos chinos.

Con el sol arriba y a la espalda,
entre las curvas, me encuentro jugando
con mi sombra; ora está a mi lado,
ora la persigo; a veces a mi izquierda,
con la linea blanca en la cabeza,
a veces flaneando sobre las rocas,
justo a mi derecha.

Unas curvas, un círculo y dos paralelas.

Arriba está Horche, pegado al cielo;
atrás queda Tendilla, ajena a esta fiesta.
Unas curvas y en el llano te avisan que te moderes,
estamos cerca de una estación de AVE
que no le veo pueblo, aunque se llama Yebes.
Sí, tiene andenes
como en los espagueti "güesteres".

Una gallina, una gallinaza y dos palos del gallinero.

Rozamos Guada (Guadalajara), seguimos;
el tiempo se condensa,
aumenta el tráfico.
No hay tiempo de pensar en otra cosa
que en llegar saludable y tranquilo a casa:
ya no hay cuento.
La cruda realidad del 
Corredor del Henares, claro,
me deja sin letras el poema.

Y se me viene un cuento...
Va a ser el año Chino del Conejo... de Alicia
en el País de las maravillas:
- ¡No hay tiempo!¡No hay tiempo!
- ¿Recuerdas?
Queda inaugurado, con este primer viaje
el año:
Dos mil once, este uno de enero.
Os deseo:
Una paloma, un nido y dos ramas de olivo.

© GatoFénix

103 - Las Horas Muertas en "lo otro"

 

 


Tantas horas frente a tu ventana.
Esa ventana que no habla ni mira,
en la que nos miramos
en "lo otro".
Donde se funde nuestra imagen
con los textos que leemos o escribimos.
Un lugar sin tiempo donde el espacio
está fuera de nosotros
y de nuestra capacidad
de entender.
"Lo otro" como Caribdis
nos lleva a lo profundo y lo desconocido.
Nunca tan cerca, ni tan lejos
estuvimos.
Nos enviamos notas y estamos al lado.
Recibimos palabras del otro continente.
Faltan los abrazos y la voz no es lo que es
cuando estamos juntos.
Horas perdidas de miradas de verdad
para navegar, eso dicen,
en un barco imaginario,
que más parece,
un ataúd de soledades
buscando un puerto
donde echar el ancla.
Un ancla, casi anca de rana,
oxidada en la cubierta.
Sin uso alguno.
Como un lastre
que nos impide volar,
que es lo que nos pide el cuerpo...
nuestro gran olvidado.

© GatoFénix - (26-05-2010)

Parece que interesa.

355 - El que tenga ojos para ver... "Auroras Boreales Realmente".

  S. Mateo 13:9-16 RVR1960 El que tiene oídos para oír, oiga. Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas ...