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28 febrero 2022

152 - Lo efímero hecho recuerdo eterno.








Amasar los senos del tiempo "encarnado";
Barajando la esferas, como un mago;
mezclando, en la superficie de la mesa
las fichas del dominó o ese vaivén que notas
mientras no hay pensamientos claros de nada.
Y todo son nubes a borbotones y ,
 "un estar" subido en "cachivaches" de Feria, 
que te zarandean matemáticamente, sin sentido, 
siempre variando sobre un círculo 
insertado en otros círculos a distintos ángulos.
Nada nos parece lo que es y ,sin los pies en el suelo, 
sentimos ese vacío en el estómago 
que nos advierte de nuestra fragilidad 
como si fuéramos hojas caídas 
en el momento justo 
de perder contacto con su árbol.
Hoy nieva 
y sobre la ropa admiramos, antes de fundirse, 
cómo, el frío que es un orfebre, transforma una gota,
 mientras desciende, 
en una joya, tan preciosa como efímera.
Recuerdo, 
al contemplar este espectáculo, el impagable 
calor de tu cuerpo junto al mío, 
y cómo su arte derretía, 
las esquinas de mi ser, amoldándolo 
y haciéndolo uno, con el espacio interior indefinible.
Como una Estrella Fugaz que desaparece 
y se apaga su nieve,
como si "nunca hubiera sido".
Es, 
la eterna vuelta al principio de esta Obra Maestra 
en la que participamos... 
siendo menos, en tiempo y en espacio,
que una garrapatea en un compás de cuatro por cuatro
O... "compás de Compasillo".

© GatoFénix



150 - En la oscuridad desaparece la sombra.

 

No puedo menos que pasar esta foto de texto,
porque es una gran verdad.




"De noche, todos los gatos son pardos", se dice.
(Mejor me lo digo a mi mismo, jeje)
Llevo toda la vida confiando y no tengo palabras para decir
lo verdad que es.
Es una gran verdad, pero no se aprende nunca.

Ayer sin ir más lejos me llevé la última.
El último zas, que se dice ahora.
¡Hombre! Se acostumbra uno,
incluso viéndolas venir y no siendo tonto del todo.

Parece que unos nacemos de una manera y con una disposición
y otros, bueno, son diferentes.
Se mueven mejor en la oscuridad, por eso de su sombra.
Hay gente, que como decía mi padre, ya muerto:
- ¡Qué mala sombra tiene!
Y no creáis, que he pensado en ella mucho.

Tiene una gran carga de profundidad y mucho fundamento.
La sombra...Hum. Pensando...
No se dice "tiene buena sombra", de nadie.
Esos, que no son como yo, creo que han nacido en ella,
en la oscuridad, digo.
Y siempre permanecen en ese lugar cómodo,
donde no se llevan sorpresas, porque saben que lo de confiar
es cosa de alto riesgo.

Puedo hablar con naturalidad sobre esto, porque aquí no hay nadie real.
Todo es como esa sombra (virtual) y se está tan lejos que hay abismos
más que distancias en este "nosotros";
porque tal vez lo más milagroso, que es la comunicación, no se puede dar
porque nadie "ha hecho ni una legua en sus mocasines",
en los del "otro".
Mocasines, que son los libros de cada uno;
y sus pensamientos mientras los lee;
y sus diálogos interiores sentados, a oscuras,
al borde de su cama.
Cuando no sientes más calor
que el que te fabricas bajo el edredón.
Y rezas agradecido como hacia mi tía sor María,
en la Clínica del Trabajo, cerca de Cuatro Caminos.
- "Un Padrenuestro por el que inventó la cama". Me contaba.
O cuando ya muy débil y enferma, a punto de morir, que dijo:
- "Pues esto de la vida tampoco ha sido gran cosa" Vamos,
"nada del otro mundo".
Que por un lado tiene su gracia, pero ella no bromeaba, en ese momento.

La vida para ella no había tenido "muchas luces de colores".
Toda su vida cuidando lisiados, ayudándolos a rehabilitarse.

Y, sin embargo, viéndome desconsolado,
aquella Navidad del cincuenta y ocho,
llorando desconsoladamente, triste y frustrado,
en víspera de unos Reyes que no trajeron
"el coche que se le abrieran las puertas", que yo esperaba.
Me dijo:
- ¿Tú crees en la Providencia?
Yo no entendía esa palabra, pero dije:
- Sí.
Y me regaló un avión, que era una tontería fea.
Se le cargaban como tres supositorios de plástico,
con un alfiler en la punta y que mirando por el fuselaje,
y con ayuda de un espejo se veía el suelo.
Sobre él, se ponía un corcho cuadrado con una ilustración, 
a todo color de la Tierra vista desde el espacio.

Alguna vez me pinché en la punta del pie. "Bombardeando".
Ya dije: algo feo y 
que nada más verlo
 supe "el recorrido" que tenía.
Y así ha sido toda mi vida.
Siempre confiando.
Pensando, y lo sabia: 
"que el hombre es la medida de toda las cosas"
y a posteriori lo reflexionaba, si lo sabía...¿entonces?...
Pero sigues confiando, aunque tengas la cara como un pan
de tanta "torta" que te llevas.
Y no hay más. 
Por eso lo digo.
Porque no va a cambiar tu vida, como tampoco la mía.
Aunque yo "sé que no tengo mala sombra".
Y eso me reconforta.
Sigo confiando...en Dios.
Y con el tiempo he visto que todo es por algo;
aunque...duela.

© GatoFénix

Escrito el 26-11-2015 13:46

151 - La música: el espejo del alma.





El espejo del alma: la música

La música es nuestro espejo del alma.
Este espejo "pasa del tiempo" y nos mira,
tal como es nuestro interior.
Desaparecen las arrugas de la piel
y aparecemos tal como somos.
La música es el espejo del alma.
En ella, al cerrar los ojos, quedamos
en una paz zozobrosa y remozante.
Es el gozo interior de ser; no, de haber sido.
El gozo de existir dentro de uno momentos
felices como en un huevo de Pascua "sin tiempo".

Damos saltitos imperceptibles en nuestro interior;
y nuestros pies olvidan sus achaques;
se mueven todos los órganos del cuerpo,
cabalgando al paso, al trote,...del corazón.
El siempre joven.
Pierdes la memoria
del tiempo, volviendo del revés, el tiempo.

Y entonces, aparece una sonrisa interior en los labios;
tan fresca y jugosa como entonces, que es ahora,
tan locos, como felices e irracionales,
durante la escucha.
Y la música, que es un espejo interior, nos devuelve
nuestro mejor momento como un beso.

Y pasa una película hecha de retales del pasado
vueltos esencia, que, diluidos, tornan el vaso de agua transparente
en un crisol, una lupa misteriosa que aumenta
lo amoroso y dulce transmutándose
en una copa de excelente vino
con la que ahora brindo por vosotros.
¡Salud, amigos!

© GatoFénix
Escrito el 27-11-2015 15:04

27 febrero 2022

149 - La piel de una esfera





Nos pasa a nosotros igual.
Decimos "que se nos hiela el alma".
Porque el amor es nuestra agua de vida.
Y no hace falta, en ocasiones,
tantos grados bajo cero.
A pleno sol, en verano,
con quien más quieres...
alguna palabra...a veces,
una mirada...
Sólo una mirada y quedamos
hechos hielo conformando la piel
de una de esfera.

Una esfera vacía llena de aire seco
como de Chinchilla (1)en invierno.
Ignoramos todo y habitamos como podemos
en el inhóspito centro de ese frágil globo
que es nuestra casa buena parte
de nuestra existencia.

Es tan terrible esta maldición
que nos inhabilita para ser tocados,
que no ha lugar, por nadie
y ni resistiríamos un beso,
de esos de pétalo de rosa.
Porque al instante,
saltaríamos en puntitos de luz
y quedaríamos convertidos
en incontables pizcas
sin historia, y
sin porvenir.

© GatoFénix  08-11-2015 23:30
(1) Chinchilla, provincia de Albacete España.

148 - Le debo unas palabras a este otoño. 2015



Autor de la obra: Ángel Pintado Sevilla

Le debo unas palabras a este otoño.
Es este otoño, de dos mil quince,
eminentemente silencioso.
Se nos fueron llenando los ojos
de la última luz de los Arcángeles
y, el veranillo de San Miguel era
el estrambote del último verano.

Y se fue colando el otoño
tirando el oro por los suelos
en calabazas y pámpanas en el campo, como las obleas
crujientes y luego ronchonas,
a nuestros pies, en la ciudad.

Le debo unas palabras a este otoño.
Lo recibí a cuerpo descubierto sobre mi moto.

Quedé con mi hermano en Tarancón, y cada uno en su montura,
hicimos el viaje a Cuenca.
Hacía casi treinta otoños que no hacíamos una ruta,
cada cual sobre su moto; yo delante, como entonces
y él detrás, a nuestro aire cada uno, pero
en la misma sintonía de pensamientos:
juntos.
Hizo calor ese día.
El sol de "membrillo" no sólo era color,
también templaba el ánimo y una vez parados,
y con tanto apero encima, llegamos a sudar.
Diría que volamos bajo con un cielo azul
con pocas hilachas de algodón, altísimas al Sur.

Llegar a Cuenca, donde nací, y pasar por delante de la misma puerta,
de la "casa-cuna" que entonces era
el Antiguo Hospital de la beneficencia,
me da un subidón que me reconcilia, cada vez, con la vida.
Ahora, sólo queda la fachada, y no queda en su interior
ningún vestigio de cama, ni de capilla, ni de lo que entonces
fuera quirófano; y, en su lugar, que pasé un día y lo vi,
hay mesas de oficina y murales y letreros con indicaciones,
dependencias y despachos dedicados por la Junta de C-LM
a ser Delegación Provincial de Agricultura y Desarrollo Rural q95;
de estos Reinos de Taifas
que nos colaron por la escuadra
los que estaban agazapados desde el 1939
y saltaron como ratas rabiosas al queso hecho porciones
para ser cabezas de ratones y despacharse a gusto,
a la consigna: "cada uno a lo suyo sin molestar".

Este pesar me ha acompañado desde el primer día que pude ver
la Cuenca que me parió transformada en una caricatura.
Casi más, una máscara esperpéntica como sacada
del Museo de Arte Abstracto, del que salí
pensando si a todos les parecería como a mi,
una broma de mal gusto o una burla a nuestra inteligencia.
Bueno, pues eso es lo que poco a poco ha ido desnaturalizando Cuenca.

Gracias a Dios que no han podido con todo.
Han puesto objetos horribles de mal rollo y dudoso gusto,
en algunos lugares estratégicos;
remodelaciones urbanísticas que dan dentera.
Sin ir mas lejos, quisimos pasar por Carretería y estaba prohibido.

Gracias a mi amigo Ángel Pintado, que le ha hecho un cuadro
que vale más que todo el Museo antes mencionado.
Arriba lo pueden ver.
Pintado desde arriba mirando al Huécar.
Cuenca, que siempre es Única, en otoño más.

Y le debía yo unas palabras a este otoño.

Ese otoño que nos visita cada año y que, nosotros,
cada vez, lo sentimos más nuestro;
porque nuestro cuerpo, acusando el tiempo,
nos deja en la piel de las manos
pequeñas sombras de hojas de álamos, olmos y plataneros,
como esas que pisamos en nuestros paseos, al caer la tarde.

Y nos tiñe la mirada de sueños, de recuerdos
y de pensamientos que unen los unos con los otros
en un sentimiento que Ángel captura con facilidad,
como el colibrí que liba de la flor del espliego,
porque lleva en su alma vieja un torero sin muleta, un músico,
y un poeta silencioso que llena lienzos y más lienzos de versos sueltos
llenos de música
y que da capotazos al toro del ensueño de la realidad,
para que no se pierda el momento,
como se pierden los colores de las alas de una mariposa
cuando levanta el vuelo huyendo del cáliz de una flor.

Ángel, en este cuadro de Cuenca es como la abeja melífera
que se hubiera vuelto loca de alegría, o de tristeza;
o de vacío, en un momento,
sabiendo que ha de morir
y hubiera dado una patada a la colmena
desparramando sobre la superficie blanca de un lienzo
su historia humilde y su trabajo callado de toda una vida
dejando su testimonio en cera virgen y miel,
el complicado corazón de este humilde conquense.

El maestro no da clases sino con sus obras,
Y sus obras son amores: un amor de obras da.
Y por eso no hay palabras para decir
Porque el que tiene la gracia de "ver",
que diría el ciego de Granada,
"No hay mayor desgracia, mujer"...
Que ir a Cuenca y no poder ver.
Y peor,
sólo ver tejados y fachadas
y una gracia poder,
casi tocar, el Aura de la Nada.

Le debía yo a este bonito otoño
unas palabras.
Porque es un cuento de cuentos y de cuentas,
como un rosario, cada rincón de Cuenca
que se insinúa
viviendo desde antiguo en esa piel seca de peladura de mandarina
(el lienzo)
presta a ser arrojada al fuego
para que nos llene los ojos de Luz, Virgen de Cuenca,
como una falla valenciana,
o como las pequeñas burbujas del champán
que saltan de una copa trayendo a la memoria
amores que han marcado momentos
de lo que llamamos vida,
aunque sea más un ir dejándonos,
poco a poco, entre las hojas
del libro de cada otoño.

© GatoFénix  
Escrito el 29-10-2015 17:05


147 - En homenaje a mis padres, Maestros de Primera Enseñanza.

 



 Y su recuerdo imborrable en nuestra vida, para volver a ser niños un poco.
También un poco de mi propia historia y unas reflexiones.

Ahora, con la centrifugación del alumnado (por Ley), casi todos los niveles gozan de algunas cualidades de una escuela unitaria.

Yo mismo empecé , como muchos niños de los cincuenta (también había niñas, pero entonces se sabía que, el género masculino en nuestro idioma, las incluía y no sólo significaba niños)empecé, como digo, en aldeas perdidas o pueblos pequeños de cualquier parte de España. En una de ellas, empecé como alumno en Zafrilla, provincia de Cuenca. La Cuenca en que me parió mi madre donde la Virgen de la Luz a este lado del puente de San Antón: Hospital de la Beneficencia en aquel junio de 1951.

En este caso, como había número suficiente de población, se disponía de una clase de niños, en la que mi padre era el maestro, Don José María y que estaba situada en la planta baja y una clase de niñas, donde estaba mi madre, Doña Amparo, situada en la planta alta.

Era como un cuento suizo, por el paisaje y las nevadas... y por el olmo de la plaza lleno de carámbanos dos meses en invierno, que a poco que lo imagines, en un descuido, te sale la poesía y dejas el relato a medias y te lías a tirar bolas y a dolerte las manos del frío y los malos guantes.

Veinte años, después de aquellos cuatro o cinco que yo tendría, cuando ya leía como un papagayo, todo según frescos recuerdos aunque parezca mentira; y ya escribía con una pluma de "mojar" en el tintero, en cuadernos de media cuartilla, con pastas blandas de color verde pastel.

¡Ah! la tinta la preparábamos nosotros, que venía en unas barritas cubiertas de papel plata con un gallo y se llamaba Fix o algo parecido.

Sí, lo del gallo era seguro, en azul marino y blanco.

Como decía, después de esos años, la historia daba una vuelta en esa espiral que nos lleva y me incorporé, como Maestro, en Los Molinos, un anejo a una pedanía (La Alameda de Cervera) que a su vez correspondía a la ciudad de Alcázar de S. Juan, "Corazón de la Mancha" (Ciudad Real)

Hago un parentesis:

Durante el último Curso de Magisterio, trabajé como locutor y control, en la COPE, emisora de Radio de Ciudad Real. El día que murió Carrero Blanco, asesinado, (20 de diciembre de 1973) y que me tocó "guardia" en la emisora; hicieron para comer todos, un tiznao (comida típica de Ciudad Real) incluidos la Pareja de la  Guardia Civil, que estuvieron por allí, porque tenían órdenes de vigilar las Comunicaciones, y por eso, emití sólo música Clásica y daba "indicativos" con la hora;

Luego hice la mili, que, por cierto, me pilló de imaginaria en Alcantarilla, Murcia, cuando se comunicó por la radio (un aparato a pilas pequeñito que escuchaba yo, pegado a la oreja ) que dijeron: "Franco ha muerto" y menuda la que se armó allí fuera de los barracones.

El miedo y la confusión, y los taconazos, y los coches que se oían en la explanada del Campamento Cuartel... y, dentro del barracón, yo; con la radio en la mano, de oyente esta vez, sentado en una "piltra" (así le llamábamos a las camas), ahí "de media anqueta" (sentado a medias), y "la peña" durmiendo, hechos polvo de las putadas del día y tirándose ped*s y roncando...como todas las noches, ahí a su amor.

Y vuelvo al relato:
En ese destino, Los Molinos, como consta en el documento que conservo, 
me dieron, los Inspectores de Educación (El Inspector Jefe D. Ángel Díaz Peco y el de Instituto Nacional de Previsión y Cotos Escolares, del que no recuerdo su nombre) 2 Votos de Gracia por la Excelente Labor Realizada. Algo inusual en aquellos tiempos. Tanto, que no conozco a nadie que tenga esos méritos; de forma que ya empecé trabajando a fondo y en la buena línea hace ya treinta y cuatro años, creo ¿o son cursos? No sé. Y que a día de hoy 2022 ya serían 46 años y 4 meses desde aquel Noviembre de 1975.


Ahora, cuando la ignorancia, la zafiedad y el "pensamiento único" ha tomado la revancha y siendo testaferros de “Don Quiensea”, han involucionado la educación a estos niveles que conocemos, renombrando cosas o simplemente vaciándolas de contenido.
Se les llena la boca de “aprendizaje cooperativo”, tal vez, emulando las cooperativas de Freinet con su aprendizaje globalizado de la lectoescritura, para adultos allá en Brasil.; 
o tal vez, por desconocimiento, lo adjudican a Vygotsky (https://www.actualidadenpsicologia.com/que-es/zona-desarrollo-proximo/), demostrando que no saben lo que es la Zona de Desarrollo Próximo; o la reconversión de los Centros de Enseñanza en “Centros de Engorde y Esparcimiento” siguiendo la coherencia de vida o la justificación Roussoniana, que de los siete hijos, que creo fueron, a todos los mandó a la “inclusa” para que el Estado se encargara de ellos.

Pocos conocen esto, como tantas cosas, y casi van a entronizar este “santo” dentro de su *“ateario” particular.

Ahora “apuestan” por los ordenadores, que no sé muy bien qué utilidad tienen si no se domina la escritura manual, ni luego la tecleada, y mucho menos la lectura en todas sus variantes.

José 
María G.T. (Maestro jubilado)

146 - A mi madre (RIP) que el 28 cumpliría 99 años.



Mi madre, un día, no hace tanto
(de cuando escribí este relato) 
hizo alcachofas con huevos rebozados. 
Y me pilló en su casa la hora de comer. 
Puso los platos, como hizo siempre, y los sirvió. 
Quedé perplejo al ver mi plato. 

Los huevos estaban en el guiso con su cáscara. 
La miré desconcertado y le dije: 
- "Mamá los huevos están con su cáscara 
¿Cómo es eso?" 
- "Así los he hecho toda la vida 
y nunca has dicho nada" 
Silencio... 
Dolor... 
Unas lágrimas. 

Todavía me veo sentado en aquella silla, 
en la que ahora estoy una temporada. 
La misma silla de madera barnizada 
y palillos torneados: 
Perplejo. (...) 
Quedé sin palabras. 
"Veía" la angustia de mi madre, 
mirándonos desde su soledad más cruel. 
Tampoco olvido su cara descompuesta, 
distante, sintiéndose: juzgada e incomprendida,
sola y sin cariño.
La cara de la madre que me trajo al mundo, 
excelente cocinera, frente 
a un guiso de alcachofas...con huevos
que había echado con su cáscara. 

Ese día supe, y de esa manera cruel, 
que nunca me volvería a contar el cuento de 
"Las tres naranjitas del amor", 
ni "el del Piojo";
Ni en aquel que decía, atiplando la voz... 
como si fuera la Princesa desterrada: 
"¡Pavís, pavís, pavís! si el hijo del Rey me viera 
se enamoraría de mi": 
- "Sí, Sí. Sí" 
- Y se moría un pavo. 

Otro día la visité. (Ya no estaba en su casa)
Llevé a mi hija, entonces pequeñita. 
Y preguntó, dirigiéndose a cualquiera 
y tendiéndole la mano: 
- "¿Quién es esa niña tan bonita?" y esbozó una sonrisa. 
Queriendo darle algo rebuscó en su monedero y ...
estaba vacío. En él había:
un papel con su nombre y su dirección, 
por si se perdía, 
y un "pañuelico" blanco 
con ribetes de ganchillo: 
- "Toma, hermosa"- y se lo dio, y la besó... 
"No tengo otra cosa"- dijo.
Le dio todo lo que tenía:
Su pañuelico blanco, de siempre, y su amor. 

La habían llevado allí, sin poder decidir,
a la casa de su segundo hijo...mi hermano. 
Y efectivamente, estaba sin nada. 
Se me saltaron la lágrimas, como ahora. 

A mi ya no me reconocía entonces, y yo a ella, 
casi tampoco, y... ya no permitía que la abrazara. 
Se retiraba como de un extraño. 

Con su mirada, desde esa distancia, 
desde ese abismo, 
hacía que me sintiera huérfano, 
desvalido:
Y..."Sin palabras"

© GatoFénix ( Mañana cumpliría 99 años) 

 

Virgen de la Luz (Cuenca)


Rio Júcar desde el Puente de S. Antón. (Cuenca)


Desde que el día de la madre pasó
del 8 de diciembre, ya nada es como era.

Al margen de creencias, si eso pudiera ser,
lo comercial y políticamente correcto,
ha ganado la partida.

Ahora el día de la madre es
el primer domingo de mayo, tal como hoy,
que es una manera de tener un día flotante
sin fecha fija: antesala del olvido.

Me apresuro a felicitar a las mamás
antes de que el día sea borrado del mapa
como una consecuencia colateral de alguna ocurrencia
o aplicando, que todo es interpretable como vemos cada día,
por, mismamente alguna otra ley de última hora.

¡Felicidades mamá!

En tu caso es de Perogrullo,
seguro que estás mejor que aquí.

Hubo de todo ¿verdad? pero algo rompió tu memoria
y yo lo entiendo perfectamente.
El Alzheimer debe ser una válvula de escape
de la olla;
una liberación: oxímoron cruel,
cuando la memoria es una tortura, la desmemoria.

Desde nuestro punto de vista: cierto;
desde el tuyo, quién sabe.
Tal vez un limbo cargado de purgatorio
por tus creencias;
un infierno para un hijo al que has olvidado
y trataste como un extraño.

Ni los besos ablandan esa roca.
Hasta tu sonrisa era una mueca de compromiso,
llena de miedo ante la incertidumbre.

¡Felicidades mamá!

La felicidad la tenías, sobradamente, merecida.
Este recuerdo es para ti, ahora que ya
espero que me reconozcas.

Fíjate, ahora que ya no puedes apapacharme.

No importa.
No sufras por eso, también,
no vaya a ser que pierdas allí también el juicio.

Disfruta del espectáculo.
Aquí ya sabes, menos mal que tendrás
una comprensión que a mi se me escapa.

Cualquier día apartan este día del calendario,
ya sabes,
hay matrimonios que no tienen madre.

Podría entrar en lo interpretativo de
una ley que llaman de trato.
Así nos tratan.
Hemos pasado a ser los otros.
Siempre fuimos los otros antes, y ahora.

No, no es que se haya muerto la madre...,mamá.
Anda, no te hagas la tonta conmigo.

Bueno, espero que lo entiendas, allí habrá
algún alma de Dios que esté para eso;
aunque, de verás, poco importa.

Un abrazo y un beso enorme,
de esos, que por circunstancias ajenas a nosotros,
como ahora, no nos dimos nunca.

Sea como sea os recomiendo dar,
un poco de lo que recibisteis,
a vuestra mamá...si está entre vosotros.
A veces, mañana no existe.

Podemos hacerlo dando unas flores con un beso.
Si ya no está con nosotros podemos hacer una oración de gratitud
por su sacrificio y dedicación, como es mi caso:
un pensamiento amable, es una flor preciosa.

Ella se llamaba Amparo, y lo fue para mi;
aunque para mi siempre fue "mamá"
o "la mamá" cuando me refería a ella.

Mi mamá siempre fue para mi una persona
muy importante.
(No me importa que se note)
Para ella mi recuerdo y mi oración.

Siempre lloraba de alegría cuando le cantaba:
- "Son como el mar,

como el azul del cielo y como el sol..."

Seguía toda ella y, a ella
la traicionaba su sonrisa.
Sonreía y sus ojos brillaban
de placer...
- "Los ojos de la española que yo amé".

Ahí sí que disfrutaba mamá.
Luego, al terminar, se iba sola a la cocina
a guisar como los ángeles...
Creo que feliz, dentro de lo que cabe.

Ojala estés siempre oyéndome cantar
tu canción preferida.

© GatoFénix ( que ya hace mucho que no canta)





Me encanta la ilustración.
Color tabaco y chocolate con leche y biberón.
Enorme acierto de miradas.
Mirando la madre con el rabillo del ojo, satisfecha,
como si aquello la desbordara. El bebé, sintiéndolo todo con los ojos cerrados y el padre...un poco desconcertado, como solemos estar los hombres en un parto.



Mi madre con el menor en brazos y el resto de los hijos
 en la Plaza de Almagro (Ciudad Real)

25 febrero 2022

145 - Nos miramos como un pacto: Kika y Yo

 






Ella sabe que algo me pasa.
Gime y hace como que me ataca;
Retrocede y gruñe; toca mi tibia con su nariz
y me mira.
Sabe que estoy triste y se me sube a la pierna.
Nos miramos.
Nos compadecemos.
Y sentimos la soledad de cada uno.
Hay una especie de abandono sufrido.
- Nadie lo aceptaría, como pasa con las evidencias -
Se pasea por encima de mi con sus patitas livianas,
mientras parece que llora como un bebé.
No sabe qué hacer y yo tampoco.
Espera que le diga algo.
Pero, callo.
Y debo retirar la cara porque
intenta lamerme la barbilla.
Espera que le arroje su hueso de juguete
y lo deja junto a mi pie.
Me mira.
Vuelve a pasearse y va a la puerta del patio
a rascar el cristal para que le abra.
Se sube a mis piernas y me lame la mano.
Creo que le pondré el arnés y
saldremos juntos a la calle para que olfatee
su territorio próximo y se distraiga.
No sé si pensará,
y si piensa...lo que pensará.
Al menos, caminaremos
como el burro en la noria
con los ojos del entendimiento, vendados
por un tiempo.

© GatoFénix


Parece que interesa.

355 - El que tenga ojos para ver... "Auroras Boreales Realmente".

  S. Mateo 13:9-16 RVR1960 El que tiene oídos para oír, oiga. Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas ...