© GatoFénix | |||
| |||
Como una pesadilla transforma, la realidad en sueño. Japón despierta sumido en ello triste, triste, triste...y abatido. Sumido en la pena de una fatalidad sorpresiva, que para algunas viejas memorias emerge el fatum recurrente. La enorme luna de marzo abre esta primavera, con el negativo de la bandera nipona. Ya no es la luna el pergamino, ni el tambor del llano, ni una enorme pandereta silenciosa, sino un gran agujero del Sino donde no se ve siquiera, la liebre del horóscopo chino, conejo de la suerte huído, quedando en perla o camafeo sin efigie de la suerte, o en ojo frito de merluza de ración. Qué tino tuvo, el terremoto, que no digo suerte, y su estrambote marino para sorprender a este gran pueblo meticuloso y previsor. Podría decirse que estaba en una mira telescópica... y vaya si atinó. Este GatoFénix reza porque Japón también resurja de las cenizas. Este gato triste, recuerda el sufrimiento y la profunda pena de los pobres de siempre, los de todas las comparsas, anónimos actores de reparto en todos estos trágicos espectáculos que nos deparan los amos del teatro. Hoy, creo, que han salido los últimos costaleros del enorrme "paso del Viernes Santo" que es la Central herida.. ¡Que diferente manera de inmolarse! "En este momento Blade Runner se marcha volando de la escena, no sé dónde. A su lado, una criatura con fecha de caducidad... como él" © GatoFénix |