Bendigo esta pequeña brisa
como si fuera una caricia de un ser querido y lejano,
me llega al alma eta pequeña brisa que entra por la ventana.
El sol ya a bajado a iluminar la otra parte de la Tierra;
Esta peonza que siempre gira armoniosamente
marcando nuestro tiempo y nuestras estaciones.
Agradezco la brisa como un beso, que ya no recuerdo,
pero que está, o debe estar ahí,
donde todo lo hermoso se guarda para "rendir cuentas",
y luego no ser nada o volver para cumplir todo
sin dejar nada pendiente.
Bendita esta brisa que me acaricia por el lado izquierdo:
el brazo, media cara y el torso.
Varios dia a muchos grados han hecho que los objetos:
la barandilla de la escalera, los pomos de las puertas,
los brazos del sillón, el tablero de la mesa...todo,
esté tibio.
Da la impresión de que todo es parte de tu cuerpo
y nada se siente ajeno .
Las manos parecen más gruesas,
el agua "bendita" de la botella de cristal parece
parte de la saliva de nuestra boca
como en un beso amor compartido.
Otra ráfaga, me llegua.
Parece que se acompasara con los párrafos,
o con los sonidos de los otros patios vecinos.
Ya acaba de caer el velo de la noche.
No alcanzo a ver el cielo pero lo presiento con nubes.
Hoy no hablé directamente con nadie.
Un par de mensajes de whatsapp, con amigos.
Algunas tareas domésticas, un poco de ejercicio
y mis meditaciones.
Ahora cada golpe de brisa me anima a escribir.
Parece que me "soplara algo"...
Han sido varios días, seguidos, con altas temperaturas.
Día y noche, sudando.
Ha debido ser de gran limpieza física.
Hemos tenido que expulsar muchas toxinas
y luego las duchas han arrastrado
un montón de cosas perniciosas,
que se nos habían acomodado dentro.
Creo que habré superado los cuatro litros de agua por día.
Se quedan en la memoria estas cosas y las recuerdas.
Evocas la infancia y situaciones concretas.
Cuando me compraron la bicicleta y salí a medio día
y volvé a las dos horas enfermo.
Me dijeron que era insolación.
MI madre me ponía trapos mojados en la frente
estaba descompuesta y me regañó mucho
tachándome de desobediente.
Consiguió Dios salvarme; porque me decían
que se me podían haber hecho lo sesos agua.
Con el dolor de cabeza que tenía y la monserga
no sé si estuve adormilado o que me daba igual irme;
y, sin embargo, a los dos días estaba como nuevo
otra vez con la bici, pero no a las horas de tanto calor.
ahora me quedo mirando al vacío partiendo el escrito...
y sé que soy muy duro y resistente...
evoco veranos de mi vida semejantes a este...
siempre me funciona pedir que mi cuerpo se adapte...
nunca con temor sino viendo lo bueno...
y mi cuerpo responde perfectamente...Por eso
en este momento con la penúltima brisa del día,
me siento agradecido y lo digo...
y pienso que todo está bien y que es natural:
vivir en un cambio permanente.
Los pajaritos de mi ventana venían ayer
con el pico abierto. Varios días así.
Eso sí que lo había visto pocas veces.
Les puse migas de pan mojadas en agua
y parece que les iba bien.
Lo dejaron todo un poco sucio,
Pero eso tiene remedio fácilmente.
La brisa de hoy nos ha dado un respiro,
gracias a Dios.
© GatoFénix
