Como un puerto para "cáncer".
¡Que bueno es llegar a puerto!
después de un viaje ...casi interminable.
El mar el es amor,
mucho más que inmenso: infinito.
Desplazarte sobre Él es vivir como sintiendo...
una parte abrazada al cuerpo, por el vientre,
como un cetáceo enorme e insignificante, a la vez.
El mar es el amor, y es el camino.
La vida: un surco en el agua...
que una vez, ida, desaparece y así te sientes,
lejos del Todo inabarcable de los otros.
Otros que son tus otros yoes,
y tú mismo, diluido
en el contenido infinito del Amor incomprensible
del Padre Madre Dios.
Y vibra en tí que lees
en cualquier esquina de esta redondez de mundo
y sientes como nunca...
una sanación del vacío,
de la soledad de la noche,
de un manto de azul indefinible
lleno de agujeritos, que nos invita a creer,
que hay otro, lado más allá.
Con tanta luz que taladra la oscuridad que nos cubre.
El puerto es el otro.
Otra tierra ajena y entrañable.
La imagen de un recuerdo de un abrazo de amor
y un beso.
Es el Principio de un Fin que aborda
el Nuevo Principio del Cristo vivo
en la Nueva Era Dorada.
Después de talar el negro bosque:
De Pena, Dolor y miedo que impera
en esta "Universidad"de la mentira,
de la crueldad...por envidia y soberbia,
y de la mente podrida implantada.
Nos trae la Libertad, Jesús el Cristo.
Y la libertad es este amor Divino,
Incondicional e Infinito,
aunque para nosotros...
incomprensible.
© GatoFénix