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11 diciembre 2021

27- En la recta final de todos los otoños...












..en la recta final de todos los otoños,
vislumbrando la línea de la siguiente etapa, el invierno,
tal como una carrera de relevos que es la vida, me entregaré el testigo.
(de hace años) De cuando es la imagen de esta mariposa, 
evocando con estas letras, lo efímero y lo actual que es el acto de transitar, 
a veces despacio, otras galopando, y las más...
dejándote caer en el marasmo siendo pista y no corredor 
por donde todos clavan sus zapatillas de marca.
.. Y por fin me quedo solo con Kika en el apartamento.
Y le digo mientras me mira con esos ojos redondos llenos de amor y de vida:
"Kika, te llevaría a la playa si pudiera llevarte.
Pero sabes que no puedo no tengo permiso.
Ya sé que pisaríamos las piedras y la arena
y correríamos para que no nos pillaran las olas.
Ese juego de vaivén.
Una mecedora de agua de mar.
¡Ea! vengo a pillarte; te toco, y me voy,
tan de juego de niños 
(De niños interiores de todas las vidas y años) esto al oído.
Y a ratos, miras la espuma,
ahí mismo, a tus pies y luego...
te vas lejos con la mirada, donde se pega el mar al cielo.
En el horizonte curvo de nuestra talla.
El ruido te acuna...
y el chascar de la espuma suena aquí y allá
mientras en viento sin hojas que mover,
no suena.
Y hasta el hablar de las gentes
se acalla, o se diluye
en el conjunto.
Vuelve una y otra vez el mismo chapoteo
y luego,
el arrastre de los dedos del agua
"atusando" arañando una capa de arena
y trocitos de conchas de "vaya usté a saber cuándo".
Sientes profundamente, que has estado ahí
toda la vida o más, incluso;
porque pierdes la conciencia de momento y sin esfuerzo.
Y te haces uno con Todo y alcanzas, inconscientemente, la  consciencia.
Entras en es espacio del no tiempo, o no se si Él entra en ti,
o en una pausa, quieto,
como en un eterno presente.
Al mirar el reloj piensas que el minutero
ha dado un salto impropio, porque
no comprendes que hayas vivido en un vacío.
Y vuelve a pasarte varias veces,
y cuando quieres darte cuenta, es...
una hora más tarde y estás absurdamente contento
y feliz, como si hubieses perdido los kilos
los años, y a poco,
te quedas en blanco de recuerdos:
como Kika que es, todo un amor cubierto de pelos,
y olor a quicos, mirando hasta el fondo de tu alma, 
de manera que
te siente enteramente y por eso, 
se acerca gacha; da un saltito hasta el sofá
y se te acerca a la cadera para acurrucarse y darte calor/amor.
Como si lo supiera todo y viniera a salvarte el alma que tienes,
"hecha jirones".

                          Al leerlo, siempre será: siete de agosto de dos mil veinte.


                                                            © GatoFénix

https://youtu.be/HG7I4oniOyA

https://youtu.be/RCdneDxFRYQ


Parece que interesa.

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