Somos un infinito que no nos cabe en el cuerpo.
La mente que va por libre, se erige en capitana del barco
y ahí estamos: A la deriva.
Somos un cascarón de nuez que flota acojonao
y a la vez, lleno de orgullo que se cree que navega.
El ego es el Capitán del barco que somos
que visto a la altura de cualquier gaviota marinera,
no sé si reír... por lo que puede llegar a pensar.
Eso, una gaviota sin graduación, sin pasar por la escuela,
que de otras criaturas de más nivel ya ni me atrevo.
Es claro que estoy en el puro suelo, reflexionando
sobre las cosas. Todas las cosas.
En ese "todas" va incluido "todo", nada queda fuera,
nada tiene más categoría y por eso voy entendiendo
que somos tan estúpidos que nos pasamos la vida
adquiriendo y lo que nos correspondía era soltar.
En vez de aprender, desaprender...porque
¿Qué hay que aprender de marinería
si somos, con suerte, una cáscara de nuez en el océano?
Noto que me viene grande el infinito,
porque... es más que el océano ¿no?
Acostumbrado a las sentencias que me han inculcado.
(que ya sabéis que esto significa "cultivado")
Se me acaba de ocurrir que la parábola de la Cizaña
y he entrado en "modo susto" porque si es así...
y mucho me temo que lo es, de un plumazo
se me acaba de encender mucha comprensión...
tanta, que me va a ser más fácil partir de cero.
Porque , no es que sea un inculto, es
que me han cultivado con Cizaña transgénica.
"El jodio árbol de la Ciencia que cuenta el Génesis".
© GatoFénix