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11 febrero 2022

127 - Lourdes en el día de la Virgen de Lourdes.









 - Peregrinos en Lourdes (I)
Publicado el 26-07-2011

Después de casi ocho horas de peregrinar,
ahí estaba a la puerta de los baños,
por fin, Lourdes.
Creo que, desde niño recuerdo,
añoraba este viaje.
Mi madre me trajo una imagen fluorescente
que me desvelaba algunas noches
hasta que el tiempo iba desgastando
el brillo cerúleo-aventurina
y yo cerraba los ojos para entrar
en mi mundo personal e intransferible
de cada fin de jornada: el sueño, la noche.
Ahora estaba allí con la sensación
de no haber viajado buena parte de la noche
y del engorro de dejar el coche
colocado milagrosamente en el garaje del hotel.
Era un bodoque mugroso en el que cabían,
dos coches grandes, uno pequeño y una columna.
Fue laborioso colocar en aquel "confetti"
el vehículo, sin enmiendas ni magulladuras.
Bueno, pues a pesar de todo eso
y las tres vueltas al ruedo, como José Tomas,
hasta encontrar el Astoria Vatican, en Lourdes
muy al "loro del Navigón", pero sin oreja.
Todo eso y subir las maletas a la habitación,
previa charla en" políglota venido a menos"
con la dueña y recepcionista.
A pesar de todo esto me encontraba
milagrosamente descansado.
Como si no hubiera hecho tanto kilómetro,
llanero solitario y montañero.
- Nos pararon unos guardias,
con el canuto de soplar lo de la alcoholemia,
y al vernos tan lozanos, volvió a enfundarlo
en la bolsa de plástico para no desperdiciar
un "chiflo de esos": Sigan, sigan. Buen viaje -

Hube de esperar dos horas.
Llegué el primero y después
un ciudadano romano.
- "Tiene cara de gladiador" -
Primero, en silencio nos mirábamos,
hasta que con la cosa de mirar al reloj
y que le dijo algo a otro italiano
intercambiamos alguna información,
con circunstanciales propios
de la situación comunicativa.
El contexto variopinto daba mucho en qué pensar.
Sobre él no se hablaba;
era un hecho inapelable.
Transitaba ante nosotros el dolor humano
en pequeños carritos, como coolies,
cargados con algún enfermo;
los pacientes, envueltos en esperanza,
en fe,
en desconcierto,
en miedo,
en desesperanza;
algunos,
reflejaban distancia y despedida
a la espera del viaje definitivo.
La enfermedad y el infortunio no tiene edad ni sexo.
Había niños y niñas, adolescentes, hombres y mujeres;
todos impedidos y maltrechos, atendidos
por unos voluntarios dulces, solícitos y
amorosos.

A la hora, nos pasaron al recinto.
Hacia algo más que fresco, y yo en camisa.
Nos sentamos en bancos a la umbría;
estuve sometido en ese cobertizo a la corriente de aire,
y pensé que ya sería milagro que no enfermara
- pensamiento que rechacé enérgicamente
y elevé una oración -

Empezaron con el primer rosario, en francés,
por megafonía
- misterios gozosos -
Participación cada cual en su idioma.
Recogimiento.
Silencio
Paz
Se entona una Salve Regina.
Todos cantamos.
Segundo rosario en italiano,
- misterios gloriosos -
Unas invocaciones y las instrucciones,
en todos los idiomas del mundo
- menos en español -

Nos empiezan a pasar por orden,
primero los de las camillas
o sillas de ruedas...
religiosos y curas...
ya nos toca a nosotros;
ya pasamos a la antesala del baño
Ya, tras las cortinas oímos
la inmersión en el agua milagrosa.

Expectación...
Recogimiento...
Silencio.


© GatoFénix

- Peregrinos de Lourdes (II) El agua milagrosa.
Publicado el 30-07-2011 13:28

Pasamos a la antesala de la pila.
Había tres sillas y unas perchas
enfrente una camilla
en la camilla un enfermo muy joven,
a veces gritaba y aleteaba con los brazos,
al lado unos voluntarios sonrientes
le van quitando los zapatos.
Tampoco hablan español.
En gestos me dicen que me quite las ropa,
a mi lado izquierdo una silla vacía,
a su lado, mi compañero el romano.
Él se queda en gayumbos,
lo que decía: le falta un rediario
y a él una espada corta (gladius)
Yo llevaba un bañador como calzoncillos.
Esperamos.
Un letrero da instrucciones
hasta en español.
Son sugerencias, oraciones,
invocaciones ad hoc.
Frente a nosotros, clamado,
el joven paciente parece
un ángel lisiado, que su semidesnudez,
deja ver una sonda en el vientre
y un cúmulo de infortunios,
en todo el cuerpo, inmerecidos.
Cuelgo mi ropa y entro en un despiste global.
Es un caos de sensaciones y sentimientos
que me hacen olvidar mis peticiones.
Hay paz en aquel sitio.
No hay desesperación.
Es un camarote justo y lleno
pero no agobia.
Más que pedir por mi,
he venido a dar las gracias, pienso.
En mi ya se produjo el milagro,
ahora vengo a lavar los tejidos.
Es la piel y las mucosas,
nuestro papel de regalo.
Un envoltorio frágil que a veces
no apreciamos.
El tiempo y las secuelas
de los infortunios nos estampan.
Máculas, rugosidades y rotos;
rotos o descosidos del traje
que luego hay que volver a remendar
- no hay puntada sin hilo que de Dios -
y en el zurcido ya hay milagro
aunque nos sorprendamos más
de un nuevo talón,
 en unos calcetines de hilo
llevados a las Monjas Carmelitas.
Me avisan.
Me levanto
Me dirijo a la cortina y
ante mi la bañera de granito.
Me desnudo tras una gran sábana blanca
y me la ciñen como una falda.
Está mojada y parece de lino;
dos hombres, uno a cada lado
me cogen de los brazos;
desciendo tres escalones.
Frente a mi una imagen de la Inmaculada Concepción,
parece fluorescente, como la de mi infancia,
la que me trajo mi madre.
Me sueltan los brazos.
Uno las manos e inclino la cabeza unos instantes.
Vuelven a cogerme por los brazos;
me sientan y me levantan;
me sujetan.
Doy gracias a Dios.
Vuelta y me ayudan a salir de la pila.
Una vez fuera, me desatan la sábana.
Me pongo el bañador y salgo.
Pregunto por una toalla.
No hay.
Ellos ya están a otra cosa,
siempre sonriendo amablemente.
Para nada estúpidos;
francamente bondadosos.
Empapado como estoy, me visto.
El agua estaba a doce grados,
sin embargo no siento frío,
tampoco tengo sensación de humedad.
Me toco sobre la ropa
y me extraña esa sensación
que no puedo contaros,
la de estar como seco sabiendo que estoy mojado,
y desde luego, sin frío.
Camino al exterior.
Salgo del cobertizo hacia el sol que despunta.
No tengo palabras.
ando confuso hasta que
mi mujer y mi hija
me encuentran.
Ellas venían del baño de las mujeres.
Yo iba a llamarla al móvil
y antes de descolgar
me llaman y me abrazan.
Ella dice que ha llorado un poco.
Yo, en algún momento,
sólo hice pucheros,
pero me sobrepuse - le digo.
- ¿Es de emoción?- dice que le dijo otra mujer.
Ella afirma con la cabeza.
Y veo que está muy guapa.


© GatoFenix - Vuelta de Lourdes (III)
Publicado el 14-08-2011
Estuvimos el tiempo justo,
tocaba desandar lo andado.
El hotel Astoria hizo su servicio.
Nada de tirar cohetes: lo justo.
Suspendía en limpieza
y casi no se puede calificar
lo que llamaban parking.
El garaje era una alhacena cochambrosa
donde después de hacer mil maniobras
colocamos el coche como en un puzle de ventanita.
Sacarlo, fue otro poema de Góngora, por lo menos,
en aquello habían colocado tres coches
jugando al corro en torno a una columna.

El día se presentaba fresco, neblinoso,
y del cielo caía una lluvia fina
que traía olor a campo mañanero.
El Sol daba una luz preciosa, entre bambalinas.

Bonitas carreteras secundarias, llenas de pueblos pequeños
que surgen entre los maizales
de un verde esmeralda brillante, y así
nos fuimos acercando a los Pirineos.
Las vacas salpimentaban los prados
de las laderas con ese aspecto
como de tener un conocimiento certero de las cosas.
Después de los Pirineos: España. Todo bien.

Veníamos con montones de experiencias recientes
y una y otra vez, entre silencios,
pusimos en común algunas cosas.
Lourdes en si, para nosotros
es la zona del agua y sus aledaños.
Salir del recinto, es entrar en la vorágine
cutre del comercio oportunista y trilero.

A buen ritmo, en unas horas,
dejábamos Huesca al un lado
y enfilábamos los Monegros
con su toque agreste de soledad
bajo un sol de justicia que nos hizo
al poco, un recortable de Zaragoza,
allá a lo lejos, como Dios manda,
sin tocarla.

Cerca de Calatayud, el coche
escupió la quinta, sin previo aviso.
Hice otro intento de subir la palanca
y...fuera, de nuevo.
La palanca se quedó en cuarta.
La cara también se me debió de quedar
más o menos.
Me acudieron todos los miedos
sin dejar uno
y me debieron descomponer la armonía,
de eso que se te olvida respirar,
como si pudieras vivir ahíto.
Un poco más adelante,
con un gran estruendo, oímos caer al asfalto
alguna parte del motor, como si le sobrara.
Aquello no pintaba bien.
Tiempo de tomar decisiones como
"Jimmy Neutrón"
La familia, las maletas, el trastorno,
la calor, el sofoco, la familia, el lío..
y todo junto hace que llame por teléfono.
- ¿Fiat de Guadalajara?...
- Sí.
Le cuento parte de este suceso y que estoy en ruta
a una media hora de allí...
-"...Sí va bien en cuarta, continúe...
Si para, es probable que no pueda mover el coche"
- Gracias. Muy amable.
Mar de dudas en aquel erial.
"¿Llamo al Race?"
"¿Sigo hasta donde pueda y luego llamo?"
El coche, a todo esto, iba en cuarta, pero
milagrosamente bien.
"Es fácil que, tal como están las cosas,
que sobre la quinta" - pensé como antes.
El mecánico no lo creía, por eso me aconsejó seguir,
aunque parezca una incongruencia.
Empieza a oler como a regaliz
y la mujer y la hija, más finas de oído,
oyen como si fuéramos arrastrando
una chapita por el asfalto.
Continúo y con la sensación
de haber encogido dos tallas,
avistamos "puerto".
Pasamos de largo Guadalajara
y llegamos a nuestra casa en Alcalá de Henares.
Descargamos con el coche en marcha.
Al finalizar paro el motor y lo vuelvo a arrancar.
En efecto la palanca de cambios
amenaza con no engranar la marcha atrás.
Llamo a mi mecánico...Hoy no trabaja.
Lo dejo en la puerta. Mañana será otro día.
Gracias a Dios hemos llegado bien.
Hoy, día de Santiago, aquí en Madrid, es festivo
y está todo cerrado; en Castilla la Mancha,
como si fuera otro país, no es festivo.

No hay nada como sentirse en casa;
comer tus comidas y dormir en tu cama,
sin embargo pienso que volveremos.


© GatoFénix

- Reflexión final. Lourdes (IV)
Publicado el 22-08-2011

Después que ha pasado un tiempo,
a modo de conclusión, cuento mi historia.
Una y otra vez vuelve esta imagen
frente a unas rocas, en silencio,
dejando pasar unos instantes,
a veces minutos, absorto.

Hay cosas que no se pueden contar,
otras, sólo se bosquejan.
De todas ellas, una de las difíciles
de verdad es relatar un milagro.

Un milagro rompe la secuencia,
irrumpe en un momento,
sin poder atestiguar su gestación, o no ¿Quién sabe?
No hay un espacio-tiempo
en que apoyarse. Sólo, sucede.
Percibes un cambio radical en algo,
cuando ya estabas atenazado por el miedo
y no sabías qué hacer...
un milagro es como un relámpago...
sin ruido.
Un destello en tu interior...
como cuando te vas.
La primera vez que lo notas, puede
que ya hubieras perdido las esperanzas
y al lado de la resignación
aparece.
Por eso, la imagen se presenta
una y otra vez, pero no hay más.
Nadie lo sabe y quien llega a saberlo
no se da por enterado,
o no lo cree.

En parte es una liberación,
en parte, un cargo pero
"es de bien nacidos ser agradecidos"
y me gusta dar al César lo que es del César
y a Dios, lo que es de Dios.

Debo decirlo en estos tiempos
de visita papal y multitudes;
donde se escuchan afirmaciones contundentes,
no sé si "ex cátedra"
o con la Infalibilidad Propia,
de que nadie puede "salvarse fuera de la Iglesia"
Será que conmigo, Dios
- al menos ese Jesucristo que es mi referente -
ha hecho una excepción.

Vivimos tiempos de gentes "empanadas".
Masas ingentes de empapados
de colectivas empanadas mentales,
"arreglando el mundo" con eslóganes:
incultos hasta la cepa
y modernos de salón
- Shalom Malecum -
buscando remedio al hombre,
escrutando las instituciones
desde ese observador omnisciente
cargado de razón
- otra infalibilidad ex cátedra ,
si me lo permiten -

Y si no, remedio al hombre,
al menos una explicación "razonable" en asamblea
- se juntan en corros sobre todo
y algunos entran en trance -
Es lo más de lo más.
Conocerán los orígenes de la asamblea.
Hoy día hay asambleas por doquier.
La asamblea griega...
La asamblea eclesial...
La asamblea sindical...
Unos y otros.
Víctimas y verdugos... según el bando.
"Por sus obras los conoceréis"
La humanidad es un muelle
recurrente.
¿No conocen los Hechos de los Apóstoles?
¿Las asambleas de los primeros cristianos?
¿las confesiones públicas;
el pecado de simonía y su castigo?
Más parece este espectáculo
un fuego de campamento,
de la Falange o los Scouts,
o de cualquier "cofradía";
Un patio de recreo con juegos escandalosos e hipnóticos...
¡Al corro de la patata
comeremos ensalada,
lo que comen los señores:
naranjitas y limones...!
¡A chupé!¡A chupé!
Sentadita me quedé.
"La masa es acéfala", he leído.
Nada como ser un líder manipulador, oculto y sibilino.
La asamblea diluye responsabilidades.
Y para poco más vale lo del corro de los corros:
"El corro de la patata": siempre.

Y "de patata me quedo",
como estupefacto, vamos.

Leo, en otra parte, que han renombrado
la provocación y el insulto
con el seudónimo de "paz activa",
y se quedan tan anchos.

"Babel-City" (otra palabra mía) ha rizado el rizo.
No sólo se ha llegado a la confusión de las lenguas,
sino a la confusión de los conceptos
y "llagados"(heridos) por la incomunicación y el vacío,
sólo queda la respuesta del cerebro
primitivo de reptil.
También será milagro
salir de esta.

© GatoFénix

126 - LA CERVETECA DE JAB

 El texto que sigue está tomado de este blog, indicando que era forofo de la cerveza, pero que ya no "tomo" nada, que no bebo, vaya y sin embargo hoy 10 de febrero, curiosamente es S. Arnaldo y buscando su vida en la Internet, porque hoy he recibido noticias que esperaba hace tiempo, he pensado que tal vez, el Santo del día de hoy algo ha tenido que ver en ello.

SAN ARNALDO DE SOISSON, PATRÓN DE LA CERVECEROS



Hace pocas semanas dediqué un extenso post a la reciente edición del Belgian Beer Weekend de Bruselas, al que tuve la fortuna de asistir. Para aquellos que leyeron el post (y aquellos que no lo hayan hecho aún, les invito a hacerlo sin más dilación...)  les resultará más o menos familiar, o al menos les sonará algo, el nombre de San Arnaldo (también conocido como Arnulfo, o Arnoldo). Este santo es a quien se ofrece en bendición, de forma simbólica, el primer barril de cerveza elaborado de la temporada, en la misa que forma parte de las celebraciones oficiales del Belgian Beer Weekend.
San Arnaldo de Soisson que es su nombre completo, es el verdadero patrón de los cerveceros, entendido como gremio. Ciertamente no es un santo muy conocido, y la mayoría de la gente no es consciente siquiera de que existia un santo patrón oficial de los cerveceros. En todo caso, si que popularmente existe la creencia de que el santo de los cerveceros es San Patricio. Craso error, ya que en realidad se trata del santo patrón de Irlanda, en virtud de ser el primer evangelizador de la isla esmeralda. El por qué se ha unido el nombre de este santo al de la cerveza tiene mucho que ver con los festejos con los que se celebra el día en su honor, el 17 de Marzo, donde los litros de cerveza (en especial la Dry Stout de Guinness) corren cual manantiales de los grifos de los numerosos pubs irlandeses que hay esparcidos por todo el planeta.

Sobre el santo...
San Arnaldo de Soisson, como es fácil de intuir leyendo el comienzo del post, nació en el Brabante Flamenco, en una pequeña ciudad llamada Oudernaarde en el año 1040. Qué lugar más apropiado para nacer tuvo quien sería proclamado santo de los cerveceros!
Arnaldo, hijo del caballero Fulbert, en su juventud fue soldado y más tarde monje de la abadía benedictina de Saint Medard. Años más tarde llegó a ser nombrado obispo de Soisson, y con 47 años ya había conseguido cumplir los requisitos para ser nombrado santo por la Iglesia Católica. Pero sin embargo, la fe y la determinación de Arnaldo no estuvo siempre ausente de dudas y tentaciones. Llegó a huir de su internamiento clerical en varias ocasiones, apartándose de sus obligaciones y responsabilidades con la orden religiosa a la que pertenecía. Cuenta la leyenda que en la primera de sus escapadas, siendo abad del monasterio, fue un lobo quien le obligó a regresar a la abadía. Y este no fue el último intento de fuga del santo, ya que tras su nombramiento como Obispo igualmente intentó dejar tierra de por medio. Años más tarde consiguió su propósito de salir de la abadía pero no para dejar definitivamente los hábitos sino para fundar otra abadía: la de Sant Peter de Oudenburg, donde finalmente comenzó a dedicarse a los menesteres que con el tiempo le hicieron célebre: hacer cerveza.



En plena Edad Media la cerveza era uno de los productos más importantes dentro de la alimentación de la sociedad y en especial formaba parte de la dieta habitual del clero, que incluso llegaban a utilizarla como soporte para las largas y duras jornadas de ayuno de la Cuaresma. Por aquella época, como es fácil imaginar, la salubridad del agua brillaba prácticamente por su ausencia, por lo que era bastante frecuente que la gente enfermara por beber agua en condiciones deficientes, procedente de ríos, pero en especial lagunas y estanques. Este era uno de los principales motivos, por los que la población consumía mayormente vino o cerveza, siendo más propios de las clases pudientes y del clero eso sí. De esa forma se evitaba caer enfermo del estómago por las bacterias nocivas que pudiera contener el agua, pero a cambio se producían otras descompensaciones en el organismo, como producto de esta falta de consumo de agua, pero ese es otro tema. San Arnaldo observó que precisamente el clero enfermaba menos del estómago por este motivo, y por ello directamente le adjudicó a la cerveza propiedades sanadoras, cuando en realidad no conocía el por qué sucedía este hecho y que en realidad se debía a la introducción del agua hervida al proceso de elaboración, así como un método de filtrado usando conos de paja, que permitía que tuviera menos impurezas la cerveza. Se dice pensó en darle este uso a los conos de paja mientas que tejía las mallas de paja para las colmenas del apiario de la abadía. Por este motivo aparece representado en ocasiones, rodeado de abejas como sucede en los certificados de la Confederación de los Cerveceros Belgas.
Convencido totalmente de las benignas propiedades de la cerveza, se dedicó a difundir por las villas y aldeas de la región, la idea que la cerveza era un auténtico "don de salud" como así lo llamaba. Incluso llegó a llamarla "regalo de la vida".  Se dice que consiguió sanar a enfermos usando cerveza, y en su campaña de concienciación sobre las bondades de la cerveza salvó muchas vidas durante los tiempos de la peste en el siglo XI, por lo que no es de extrañar la alta consideración que tenía el santo hacia la cerveza.
Además, como a todo santo, a San Arnaldo se le atribuyen varios milagros, muchos de ellos estando muerto, reconocidos por el concilio celebrado en Beauvais en 1121, siendo canonizado como santo posteriormente en 1131. Sus reliquias descansan en la pequeña iglesia de la abadía que fundó, San Peter de Oudenburg y  su fiesta es el 8 de julio, aunque en el Martirologio romano consta como el 15 de agosto.
San Arnaldo de Soisson es por tanto, el verdadero santo patrono de los maestros cerveceros, título que se ganó por méritos propios fabricando y bebiendo cerveza, pero sobre todo dando a beber muchos litros de cerveza a sus contemporáneos, ayudándoles con sus dolencias y enfermedades.


La popularidad del santo es bastante más grande de lo que muchos pudieran suponer en primera instancia, y es que con el nombre del santo existen varias microcerveceras en el mercado. Una de ellas Saint Arnould (http://www.saintarnould.com), en la francófona provincia de Quebec, es un breewpub que elabora cervezas de estilos muy variados . Otra es la ubicada en los vecinos USA, concretamente en el estado de Texas y de nombre Saint Arnold (http://www.saintarnold.com), que goza de gran prestigio. Utiliza tanto el nombre como la imagen del santo en su merchandising, y su portfolio está compuesto por cervezas de variados estilos tanto del gusto del mercado estadounidense, como amber ales, o ipas, como los estilos germánicos hefe weizen o Kölsch. 

San Arnaldo además, no no sólo es considerado como el santo patrón de los cerveceros, sino que también llegó a ser reconocido como el santo patrón de los recolectores de lúpulo, en especial en la región en la que el predicaba. El lúpulo procede precisamente de la región de Brabante en Bélgica, aunque fue un cultivo que se extendió rápidamente gracias entre otros motivos, al matrimonio entre una princesa Belga y un príncipe de Kent. Dado que la dote de la princesa, incluía los campos de cultivo situados junto a la abadía de Affligem, fue cuestión de tiempo que los lúpulos llegaran hasta la otra orilla del Canal de la Mancha, pero esto de nuevo es otra historia que merece ser tratada en otro post.

https://cerveteca-jab.blogspot.com/2013/10/san-arnaldo-de-soisson-patron-de-la.html

125 - Paseo juntos...vuelta y vuelta

 

© GatoFénix - En moto BMWk 100RS.

Publicado el 04-12-2013 08:26

Esta mañana de otoño he vuelto a salir sin rumbo
sobre mi vieja "RS" del ochenta y siete.
Con ella, va para veintiséis años que ambos viajamos.

Los años no nos han perdonado a ninguno,
en cuanto a estructura y diseño;
tampoco "el motor", el de los dos, está
para hacer competiciones.
Cumplimos sobradamente las expectativas y juntos
hemos aprendido a conocernos tanto...
y sin hacernos daño, que no parecemos dos cosas,
sino una.
Hemos terminado contagiándonos y ella es:
como de carne y hueso y yo como de hierro.

Los dos, hemos pasado tantas cosas, que de contarlas,
parecerían mentiras - hasta a mi me lo parecen -
y por eso seguimos juntos.
Tenemos el mismo corazón y ahí,
os tengo que decir, amigos, que no pasa el tiempo.
No ha caído ni un grano de arena
del piso de arriba al de abajo, en el reloj de cristal
que parece un ocho o un "infinito".

Esta mañana, sin un destino,
con el solo objetivo de volver a casa lleno,
alegre y limpio.
Esta mañana, en mi vuelta, he visto otra vez,
- como si fuera la primera -
los dedos invisibles del viento
deshojar los árboles amarillos
en el eterno: "me ama, no me ama"
de la nana de los enamorados.

Esta mañana he sentido en mis flancos
como el roce suave del lomo ronroneante de un gato.
Era sin duda el viento que andaba peinándolo todo,
desde los matojos de la linde, hasta las copas de los álamos
que ocultaban el pequeño curso de un río a su lado.

El viento, esta mañana, no solo desprendía las hojas
y las convertía en mariposas atolondradas;
el viento, se estaba llevando el alma de las plantas,
por un tiempo claro; para que vean mundo;
para que puedan volver, más adelante, llenas de vida.

Y unos segundos, como ausente,
envidié a las plantas en su perfección y armonía con el todo.
Por un instante fuimos hojas o mariposas,
o nada, vaya usted a saber.
Felices, y hablo por ella.
Tal vez felices, pienso,
deslizándonos sin prisa
como sin peso, vivos, estáticos, activos,
y a la postre, juntos.

Ahora toca esto:
la vecina desnudez de la verdad se avecina.
Está al caer la cortina:
la mentira.
Por eso, el "tio-vivo" de esta feria de estaciones
aún pasando una y otra vez por "lo mismo"
también, cada vez, nos parece diferente.
Es la ilusión, lo permanente.
La que se nutre de la continua mudanza.
Ella, la verdad oculta de las cosas.

Van veintiséis otoños dando paseos
en el mismo caballito negro que me enamoró
un día de otoño,
y que, vuelta tras vuelta, me renueva;
y en cada sube y baja, en cada trazada,
con el noble porte elegante
de un "ladrillo volador" hace que me sienta...
un superviviente.

© GatoFénix (13 del 11 del 2013)

Parece que interesa.

355 - El que tenga ojos para ver... "Auroras Boreales Realmente".

  S. Mateo 13:9-16 RVR1960 El que tiene oídos para oír, oiga. Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas ...