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02 julio 2022

230 - La textura de las horas




La textura de las horas marca el modo del tiempo.
Como si una partitura musical reflejara nuestra vida.
Todo como una melodía.
Hay silencios, en cada pensamiento;
Acentos, en cada respiración... 
y discursos in crescendo, muchas veces vacíos
de sentimientos;
o desfiles cromáticos y diatónicos en cada alegría.
Hay una melodía envolvente que nos aturde.
Parece ajena a nosotros pero somos un eco de ella.
La tememos como algo insondable
y nos alejamos, cuando estamos solos, 
y así poder escuchar, a veces llorando,
nuestros silencios. 
Las muelas del tiempo nos trituran,
como al grano de trigo, pero no sale harina blanca y fría,
sino unas gotitas de agua de nuestros ojos.
A veces tanta soledad y silencio nos llena
de acufenos y pitidos,
que no son, sino ausencias de cosas que no estaban
y sentimos que se han ido.
La textura de las horas marca el modo del tempo
El modo de seda del amor que
pasa tan liviano como fogoso y 
detiene el reloj.
Congela, y fríe, el tiempo, como si fuera posible.
O como que hace ver lógico que no exista el tiempo
porque allí lo sentimos.
Estamos en La Transfiguración de Jesús de Nazaret.
Hagamos tres tiendas, dijo Pedro...en ese estado...

En ese tempo, Sotto Voce, estamos en el amor.
Oímos y sentimos los "tequieros", más hermosos
de todas nuestras vidas...
sin palabras.
(Un silencio redondo con puntillo)
Eso, en Compás de Compasillo.

La textura de piedra del miedo;
la textura de lana del abrazo;
el modo mar, en nuestra gestación,
y el modo amargo del rechazo;
La comprensión: una escala en Modo Mayor.

Toda una melodía que escuchamos dentro, 
al meditar;
Cuando los vacíos, el rechazo y los silencios
se van diluyendo en melodías y en arpegios de colores;
como si latiera el corazón en el tercer ojo 
y viéramos la textura de un amor desconocido
en nuestra soledad;
y que somos, nosotros mismos, pero, 
como fuera de nosotros: enajenados o ebrios;
Como exultantes...
Y que, al nacer, 
aquello fue cubierto, por el velo del olvido.

A veces, quedamos en pausa, sin respirar,
como ahora..
y si estuviéramos juntos...al lado 
cerraríamos nuestros ojos...
y nos abrazaríamos
como si fuéramos uno. 
Y... luego,
 inspiraríamos, notando ese aroma
que trasciende:
Es, nuestra humanidad.
Y eso. Eso no se olvida.
Se recuerda siempre;
hasta de una vida a otra...
En ese modo quedo... 
a solas...pero enamorado del Amor,
en este lado del "Charco".

© GatoFénix




Parece que interesa.

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