Volver hacia adelante es un milagro de Dios.
La inexistencia del tiempo no es el vacío.
Hay una existencia de lo Real
que no son "cosas"...
que no podemos entender del todo.
Hay que olvidar tantos sentidos
que parece, nos quedamos en nada.
Este lastre de cuerpo es la preciosa herramienta
hermosa, perfecta y divina.
Aquí parecemos una partitura musical.
Apenas un papel que tiene manchas y lineas.
No nos dice nada, y sin embargo
es nuestro manual de vida.
Somos la melodía del universo.
Estamos entre los gorriones, los canarios
y el viento acariciando las ramas de un árbol
como si fuera un arpa de Dios y...
el cadencioso vaivén del las aguas repartiendose
entre las arenas, los malecones y las rocas.
Somos todo eso pero en versión libre,
como tocando, improvisadamente,
una pieza de Jazz que luego
concuerda con una partitura
que quedará en los registros Akásicos.
A veces hay silencios.
Son los silencios esa parte que dice.
La melodía es un conjunto de silencios claves,
adornados por nuestros sentimientos que,
con su vibración, marcan las notas y su valor,
encaramadas en los cabellos tendidos
sobre el tapiz luminoso del Sol
en el campo del tiempo, que sabemos
poco a poco de su inexistencia,
pero que está lleno de Amor.
Ese amor que tardamos milenios en entender
y luego interpretar
para que su escritura, nos permita
Graduarnos en el Sagrado Titulo de:
"Hijos amados por Dios".
Miles de años digo, y tal vez,
me quede corto.
(Al menos en mi caso)
Que sé que otros son más rápidos en aprender:
Lo de "amarse a sí mismos",
y de esa manera,
poder amar a los demás hermanos.
Porque no hay más regla que esa.
Hermoso mandato del Padre.
"Es nuestro retorno hacia adelante"
© GatoFénix
