Busca en este blog

06 diciembre 2023

352 - Como pez en el aire.




 

"Como pez en el agua es la expresión",
pero no es mi caso. 
Soy un pez en la orilla.
Un pez varado por alguna ola imprevista,
y así desde que tengo memoria.
He escuchado en un vídeo que algunas almas
han encarnado cerca de cuando yo lo hice
y los llaman los precursores de algo.
Eran unos intrépidos, o unos ignorantes...
o no sé qué calificativo sería el adecuado...
porque, si bien así lo decidimos,
a estas alturas comprendo si es que yo fui uno,
que, sin duda, fue la decisión más temeraria.

Quedo vivo de milagro, me refiero al cuerpo,
y ni siquiera sé si he servido para algo.
Estar fuera del agua es muy claro.
Describe a una criatura fuera de su elemento:
Nuestro elemento es el amor y ya no hace falta
que demos más explicaciones.
Que sé que no soy solo el que lo sabe.
Somos muchos y por eso escribo para ellos.
Permítanme "los otros" si están al otro lado,
que me permita volver virtualmente al mar;
como cuando te dejas llevar y estás casi sumergido...
viendo a través del agua las chispas de Sol,
en la superficie "fractalizada", en pequeños pellizcos,
(seguro que de Dios) que te hace, sobre todo,
perder la noción del tiempo.
Te lleva a la verdad, porque sabemos que no existe.
Y si te volteas, casi sin moverte, también ves
 a tus pequeños hermanos jugando,
entre la arena, entre algunas pequeñas conchas blancas
y unos cantos rodados que puede que tengan cumplidos,
millones de años.
Al voltearte para respirar, ya sabes con certeza,
que eres un pez fuera del agua.
Caminando hacia la salida, al tener medio cuerpo fuera,
ya tienes todo este peso que te hace lento y torpe.

Ahora que estoy saliendo a esta superficie
del papel virtual, lo siento de nuevo.
Así he sentido toda la vida desde que me acuerdo.

No podría haber escrito esto, 
habiendo nacido en Cuenca, y el Júcar,
sin haber ido al mar, ninguna vez.

Esa experiencia de verme sumergido como "un bicho más",
supuso que la memoria, de no sé cuando,
me hiciera no sólo refrescar el cuerpo...
sino el alma.

Un alma de niño de "otras latitudes",
las cuales desconocía, pero que me fueron impregnado,
más que mojando y desde dentro
me sentía, tremendamente solo, y visto como un extraño.

Yo mismo al salir a la superficie, la primera vez,
en el parto,
supe lo duro que iba a ser...
el caminar los últimos pasos para salir del agua...
camino a la toalla...
al lado de los otros.

Qué largo viaje interior hasta encontrar
que el amor lo inunda todo y que en efecto viene
a decir que es el mesénquima
que hace vivir a las chispitas de Dios
en una fraternidad perdida más antes,
de lo que dicen los Libros Sagrados que conozco...
Porque ves, al leerlos, sin saber nada,
que están escritos "fuera del agua"





Llega el invierno y con el la lejanía del mar;  
llega el frío: la estación de la noche larga, la lluvia y el de la nieve.

Todo nos envuelve en el recuerdo de donde vinimos
y hacia donde hemos de ir...
Nos sabemos agua y que las bajas vibraciones
nos alejan de ella, lo que somos,
o nos la emponzoñan.

Soñar despierto muchas veces es un oasis
y las más de ellas, una pesadilla
que se llena de pedruscos o rocas...recuerdos,
recordándonos lo efímero del cuerpo
y lo fácil que es que cualquier "desalmado"
te aleje, por miedo a "Sonreír y saludar"...
nadando...con el corazón abierto,
" adentro" del mar:
El amor de Dios.

Y allí, encontrarnos con todos los que así elijan,
en un abrazo fraternal. 
Los cinco sentidos nos engañan porque de corazón sabemos
No tiene ni tuvo sentido ninguna guerra...
"Salid del engaño"

© GatoFénix







Parece que interesa.

355 - El que tenga ojos para ver... "Auroras Boreales Realmente".

  S. Mateo 13:9-16 RVR1960 El que tiene oídos para oír, oiga. Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas ...