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12 agosto 2024

405 - En Ciudad Real la Virgen del Prado

 


Era un día de esos que no sabes qué  encontrarás.
Vas por la carretera y no es que te acerques a las cosas
sino que sientes que ellas viene a tí.
Esa sensación de que somos el imán que atrae
pero que nada queda a su paso, en nosotros.
Toda la carretera era para mi desconocida.
Han cambiado las carreteras que yo transitaba...
y las que han mantenido, han llegado a ser transformadas 
hasta el punto de ser extrañas.
Cada obra del hombre tiene su impronta.
Es una frase que refleja esta realidad.
Al viajar por esas carreteras percibes:
la codicia, la ignorancia y la paletería.
El Falso Dios del dinero: Baal,
se ve como el "Toro de Wall Street".
Se veía en la ruta y en el trazado, el pingüe barroco...
en cada rotonda para dos o tres salidas,
para un tráfico menos del normal.

Llegar a ciudad Real es volver a mi infancia:
por estudiar en el Seminario diocesano;
a mi adolescencia por el estudio de la Carrera de Magisterio;
por mi trabajo en La COPE de Ciudad Real
dirigiendo y presentando un programa que se llamó: 
Hexágono de amigos y por el cual me propuso
el Director General de la Cadena
que me fuera a Madrid para colaborar con Luis del Olmo.
Parece mentira pero ya entonces me di cuenta
de la manipulación que se podría hacer
con un medio como la Radio. y le dije que no.
Me insistió en varias conversaciones en su despacho,
 pero aduje que ya iba a comenzar a trabajar en una Escuela
el curso siguiente. 
Lo agradecí y vi que no lo entendía.
Yo estaba de Guardia en la Emisora el día
en el que asesinaron a Carrero Blanco. 
Volviendo hacia atrás en el tiempo,
me situé en la catedral de Ciudad Real, en el Coro.
Al pie del Coro y le pregunté por 
D. Angel Jiménez de los Galanes.
Me dijo que ya murió.
Era el director del coro del Seminario.
Yo estaba en la voz de Tiple Primero.
allí en el Coro, junto al Órgano de tubos
viví unos momentos inolvidables sobre todo 
en las ceremonias de los Oficios de Semana Santa.
Me emocionó ver desde abajo el lugar,
 donde tantas veces había cantado:
el Aleluya de Haendel,
y todos los días de semana Santa.
Era una vibración que me movía todo el cuerpo
y me emocionaba el alma.
"Pueri haebreorum" del Domingo de Ramos
era la pieza con la que abríamos la Semana.
Todo sonaba perfecto.
Se me pasaba el tiempo volando.
Se olvidaban las horas de duros ensayos
cuando escuchabas dentro del coro
las extraordinarios voces:
la de Arriaga como tenor primero,
otro Sierra de apellido, como barítono
y uno que no recuerdo el nombre
que tenía una voz de Bajo
(que decíamos sin recochineo:
 que daba el Do de cerdo).
Todo eso andaba en mi cabeza mientras caminaba
 por el pasillo central hacia el Altar Mayor. 
Allí arriba estaba la imagen de La Virgen del Prado.
Recuerdo que de ese nombre hubo una chica, tenía yo 13 años.
era prima de mi amigo Paco y me gustó.
Ya sabía tocar la guitarra y
le compuse una canción:
 "Duerme Pradito, duerme"
no sé si la encontraré por algún lado. 
La melodía la recuerdo totalmente, y los acordes.
Nunca hable con ella. Tal era mi timidez
y mi complejo de feo.

Catedral de Ciudad Real

 
Virgen del Prado


Coro de la Catedral de Ciudad Real

Por las piedras no pasa el tiempo.
Nunca reparé que el Rosetón sobre el coro
representa el Cubo de Metatrón. 
Y te devuelven de su memoria a la tuya
las vivencias tal como fueron y tal como,
 en este momento, las vivimos.
si no te miras en el espejo de algún escaparate
incluso te sientes como cuando llegabas,
a veces cansado, a cantar.
eran tiempos de pasar hambre y por eso
recordaba aquel día en que nos daban chocolate
 con unas galletas amarillas, que amasaban y horneaban las monjas 
y que estaban riquísimas.
Eran los primeros años de los sesenta, en España,
y en todo el mundo.
La modernidad era una TV de Blanco y Negro
en un salón donde nos subía a ver algún partido de futbol
y películas de Rin-Tin Tin.
Ahí me di cuenta que no veía nada. 
Lo dije en mi casa
y me llevaron al oculista.
 Me prescribió unas gafas.
La miopía se solucionó, pero siguieron sin interesarme
ni el futbol ni las películas de la tele.

Así concluyo el viaje a Ciudad Real
después de tantos años sin pisar lugares
que han cambiado, a peor como si fuera una constante
en esta generación de políticos, desde el ínclito Felipe Gonzalez,
Donde se ha impuesto todo esto de esa agenda
que más parece un manual demoniaco
para hacer desaparecer
el espíritu del hombre.
Y han implantado que Dios no existe.
Cosa que está muy bien explicado en un vídeo de 
Maria Elena Sarmiento que se llama: 
"El caballo de Troya"
Y en esas estamos.
Tuve suerte de no entrar en la Radio,
declinando la invitación del Director General de la COPE.
Sabe Dios qué sería de mi
Aunque hubiera triunfado y fuera muy millonario.




© GatoFénix

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