Ayer: troneras de castillo/El móvil de hoy.
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Nuestra vida como existencia es una serendipia.
Somos algo inesperado y que venimos cuando toca.
Al principio no sabemos realmente nada.
Nos encontramos durante años detrás de los ojos
mirando lo que no acabamos de entender
y sin saber
que nosotros no estamos frente a aquello... incomprensible,
sino que estamos dentro,
hasta que nos damos cuenta de algo;
(Ni siquiera pensamos) "qué narices hacemos aquí"...
y mucho menos que hayamos sido nosotros,
los que quisiéramos venir.
Somos algo inesperado (milagrosa serendipia)
que venimos cuando toca.
Lo que son, las hojas de un trébol de cuatro hojas
hacia el que vuela una mariposa.
Leemos en textos, que el Tiempo de Dios es Mágico
y "que hay que agradecer siempre un regalo".
Rezamos muchas veces:
"Te pido Señor, serenidad, para aquellas cosas
que no puedo cambiar;
Valor para afrontar lo que puedo cambiar...
y mucha Sabiduría para poder diferenciar
entre ambas".
El tiempo presente que vivimos en 2024...
Es, el trébol anómalo de este momento:
una sorpresa de cosa innominada..
pero con una mariquita venturosa
de quelíceros amarillos con sus puntitos.
Recuerda, a quien los conoce,
a...tiempos singulares:
El de Lot y la estatua de sal..
El de Noé con su Arca...
Los de José y la Tierra de Gosén...
Los de Moisés y el Faraón...
Los de la Torre de Babel...
Los del Reino de Salomón..
Y los del Imperio Romano...
El de la Venida de Yhasua a la Tierra...
Y, luego, tantos otros momentos
que nuestro cuerpo se apercibe,
porque de alguna manera, sin poder explicarlo,
sabe que los ha vivido.
Y "sabemos" porque así lo sentimos,
porque pasan
las mismas cosas y que, son
"los mismos pastores, siempre".
Y el mismo rebaño aunque de diversos pelajes.
Es "la mi sensación" de hoy mismo.
En el día:
Hemos transitado por diferentes estancias.
Distintas ventanas: a la calle, al patio;
y virtualmente:
la ventana del PC,
aspillera del portátil.
Ventanas a la apariencia de las cosas.
Esas aspilleras o troneras Ubicuas,
de "castillo moderno",
esas que nos envanecen
por ser como "diosecillos" que
les permite vislumbrar, sin salir de casa
todos los paisajes que pudiéramos imaginar...
y algunos,
que ni los podríamos haber imaginado nunca.
Son troneras que igual se muestran asuntos de América
como de África y pocos de cerca de nuestra casa.
Hay que esforzarse en guardarnos
a cobijo del Amor del Padre, sin miedo,
gozando en Él
La fascinante Serendipia del presente:
Hoy, sin ir más lejos.
Un abrazo cordial.
© GatoFénix
